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El cambio climático reabre la política industrial en la UE

La CE fija esta semana el recorte de emisiones de CO2

Andreu Missé

La política industrial, una concepción considerada trasnochada, especialmente entre los ideólogos liberales por su horror a un excesivo intervencionismo del Estado, vuelve a dominar el debate político en la Unión Europea por el cambio climático. El próximo miércoles la Comisión Europea desvelará cuál deberá ser el esfuerzo que deberá acometer cada Estado miembro para que el conjunto de la Unión logre reducir en un 20% sus emisiones de CO2 en 2020 respecto a los niveles de 1990.

Alemania advierte que las medidas pueden costar un millón de empleos

Los industriales alemanes temen que ciertas medidas amenacen un millón de empleos. En España ocho patronales califican de "desproporcionada" la iniciativa comunitaria. La propuesta de la Comisión para reducir las emisiones de CO2 pasa por aumentar la participación de las energías renovables (solar, eólica, hidráulica y biomasa, principalmente), que no emiten gases de efecto invernadero, desde el 8,5% actual (datos de 2005) hasta un 20% del consumo total en 2020.

Para el mismo año se exige que los biocombustibles representen el 10% de los carburantes utilizados en el transporte. Éstas fueron las medidas que asumieron los Estados miembros el pasado marzo. Ahora, cuando ha llegado el momento del reparto y decidir cuál debe ser la proporción de renovables en cada país teniendo en cuenta las enormes diferencias de cada uno, ha estallado la caja de los truenos.

La fórmula que baraja Bruselas para lograr el 20% en renovables para 2020 es repartir el 11,5% pendiente en dos partes iguales. Un 5,75% sería obligatorio para cada Estado y otro porcentaje igual se distribuiría según el nivel de riqueza de cada país.

El resultado es muy distinto teniendo en cuenta el diferente punto de partida. Suecia con más del 40% de renovables está en contra de que no se tenga en cuenta el esfuerzo realizado en los últimos años al tomar como año de referencia 2005. En el otro extremo, el primer ministro del Gobierno provisional belga, Guy Verhofstadt, expresó esta semana su preocupación al presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, por el esfuerzo que representa para su país de pasar del 2,2% actual al 13% en renovables. Para el Reino Unido con 1,5% de renovables, el esfuerzo sería similar. En Alemania, el objetivo del Gobierno de Berlín de reducir las emisiones de C02, hasta el 40% para 2020, el doble que la UE, ha provocado una fuerte reacción del presidente de la Confederación de la Industria en Alemania, Jürgen Thumann, que ha advertido que la medida "supone una amenaza para un millón de empleos".

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha hecho valer la contribución de la energía nuclear en Francia (que produce el 77% de la electricidad) y criticado también el año de referencia de 2005.

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