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El clima de recesión en EE UU deja el dólar en mínimos históricos

La Reserva Federal inyecta 100.000 millones ante las nuevas tensiones financieras

Víctima de los temores cada vez más fundados sobre la llegada de la recesión a EE UU, el dólar se hunde irremisiblemente. El fuerte repunte del paro en la economía norteamericana llevó ayer al euro a un nuevo máximo histórico -uno más en la sensacional escalada que protagoniza en los últimos meses-, y roza ya los 1,55 dólares por unidad.

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Ese listón supone un tremendo desafío para los bancos centrales, pero también para quienes dependen de la moneda estadounidense: los exportadores de petróleo y de materias primas, los mercados financieros, los industriales chinos y los campesinos que cortan caña de azúcar en Brasil. Entre muchos otros. Porque los exportadores españoles -en especial los que no tienen fábricas en el extranjero- están muy tocados.

El 75% de las ventas al exterior españolas van a la zona euro: no les afecta el tipo de cambio. Pero el 25% restante sufre de lo lindo. "Las ventas a EE UU se hunden. Las empresas que vendemos en el área dólar podemos peinar los costes y aguantar un poco más, pero los tipos de cambio los maneja gente más poderosa. El euro está en niveles estratosféricos y hace mucho daño", aseguró Graham Childs, de Boix, un fabricante de maquinaria de Elche que exporta a 58 países.

El dólar sigue dominando el mercado de divisas, pero tiene cada vez más detractores. Los diarios norteamericanos empiezan a llamarlo Ben, para señalar al presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, como responsable de su desplome. En el último año ha perdido el 18,7% con el yen japonés y el 12,7% con el euro, y cede terreno con prácticamente todas las grandes divisas. "El dólar es una moneda terriblemente imperfecta y tiene los días contados [como divisa de referencia]", decía hace unos días Jim Rogers, uno de los gurús de las materias primas y ex socio de George Soros.

"El dólar puede alcanzar fácilmente los 1,6 euros por unidad, y en ese nivel se pierden las referencias y se entra en un escenario terriblemente difícil", sostiene José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. "La Fed ha optado claramente por intentar atenuar la desaceleración. Eso significa bajar tipos y dejar caer el dólar", añade Miguel Ángel García, de Deutsche Bank, que señala las consecuencias de esa tendencia: "El dólar débil es beneficioso para EE UU, pero es inflacionista para el resto del mundo porque elevará el precio del petróleo y las materias primas".

Las malas noticias se acumulan en EE UU. No es sólo que el dólar -uno de sus símbolos- esté en horas bajas. El dato de empleo de febrero no da lugar a ambigüedades y confirma el peor de los escenarios: el de la temida recesión, que está obligando a la Fed a actuar con agresividad. En febrero se destruyeron 63.000 empleos. Es el peor dato desde marzo de 2003. La pérdida se eleva a 85.000 empleos en 2008.

En Wall Street no se recuerda que EE UU haya perdido empleo durante dos meses seguidos sin estar ya en recesión, lo que hizo caer al Dow Jones en la apertura. Las zonas más oscuras del mercado laboral están en el sector industrial, donde se perdieron 52.000 empleos en febrero. El sector de la construcción eliminó 39.000 empleos, con lo que el estallido de la burbuja inmobiliaria se ha llevado por delante 331.000 puestos de trabajo desde septiembre de 2006. La tasa de paro asciende al 4,8%.

Tras la publicación de esos datos, el presidente George Bush reconoció que la economía norteamericana "se ha desacelerado", pero aseguró que el paquete de rebajas fiscales aprobado por la Casa Blanca, junto con las medidas de la Fed, "llevarán dinero a manos de los trabajadores y los empresarios estadounidenses y se dejarán sentir en unos meses". Sus asesores económicos no descartan que la economía decrezca en el primer trimestre.

Dinero para los bancos

La Fed tiene claro que la rebaja de tipos ya no es suficiente y ayer decidió aumentar la liquidez que pone a disposición de la banca para que pueda extender sus préstamos. Con el mercado interbancario otra vez seco, la Fed realizará dos subastas de fondos este mes, con 100.000 millones de dólares que podrían ser incluso más si la situación empeora.

Para Alfredo Pastor, del IESE, "si esto no es una recesión, se le parece mucho". "El verdadero problema llegará si la Fed sigue bajando tipos e inyectando liquidez y, a pesar de todo, la economía no reacciona", cerró.

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