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El colapso de Wall Street fue fruto de ventas automáticas

Un programa de ventas automáticas en los ordenadores de una de las mayores firmas de corretaje de Wall Street. Ese fue el origen de la venta en cascada que el pasado 6 de mayo puso en jaque a la Bolsa de Nueva York, en el ya conocido como "desplome relámpago". En cuestión de minutos, el Dow Jones perdió cerca de 1.000 puntos.

El evento puso en evidencia la vulnerabilidad de los inversores en un mundo dominado por los ordenadores, donde las operaciones bursátiles se hacen en cuestión de nanosegundos. Los reguladores del mercado de acciones (SEC) y el de derivados (CFTC) tardaron cinco meses en entender lo sucedido. En un informe explican que la catarsis surgió en las órdenes de venta de futuros lanzadas de forma automatizada desde una firma, de la que evita dar el nombre. Eso creó una crisis de liquidez que se vio exacerbada por no tener un sistema uniforme de frenado.

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