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Tribuna:COYUNTURA NACIONAL
Tribuna
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El comercio en 2006

Conocimos hace un par de semanas los datos de comercio exterior de diciembre en términos de Aduanas. Estos datos tienen muchos problemas en cuanto a calidad y a su correcta periodificación, y ello explica la extrema volatilidad de sus tasas de variación, como puede observarse en los gráficos adjuntos. Concretamente, los de diciembre fueron anormalmente bajos por lo que respecta las importaciones, lo que permitió a los contables nacionales presentar una mejora en la aportación del saldo exterior al crecimiento del PIB. Estamos ante la típica estadística administrativa que se origina como un subproducto de la gestión y que, como tal, no es tratada por profesionales para extraer de ella señales y datos correctos para el análisis de la coyuntura y para la contabilidad nacional. Ahí el INE debería decir algo.

España volvió a perder cuota de mercado en el comercio mundial durante 2006

Pero vayamos al fondo, los datos. Como se ve en el gráfico derecho, las exportaciones comenzaron el año con un fuerte repunte en sus tasas de crecimiento, recuperándose del bache de 2005. Sin embargo, tras ese fuerte tirón del primer trimestre, se desinflaron en el segundo y tercero, volviendo a mejorar moderadamente en el cuarto. En el conjunto del año crecieron un 5,6% en volumen (la misma cifra ha estimado el INE en términos de contabilidad nacional). A primera vista, sobre todo después del estancamiento de 2005, esta tasa parece muy positiva, pero no lo es tanto. El comercio mundial creció por encima del 9% en volumen, lo que quiere decir que, un año más, España perdió cuota de mercado. Además, este año no puede argüirse, como años atrás, que ello fuera debido a que nuestros principales mercados, los europeos, estaban estancados, ya que las importaciones de los países de la UE crecieron por encima de las importaciones mundiales. Es precisamente en los mercados europeos donde hemos perdido claramente cuota, ya que las exportaciones a ellos sólo aumentaron un 3% (gráfico derecho). Está claro que la pérdida de competitividad derivada del persistente diferencial de inflación y la competencia de los países emergentes nos sitúan en retirada en los mercados europeos. Por eso, los esfuerzos deben dirigirse a terceros mercados, donde nuestra presencia es escasa, especialmente en Asia. En este sentido, la nota positiva es que las exportaciones fuera de la UE crecieron un 12%, lo que significa que ahí ganamos cuota.

Por lo que respecta a las importaciones, mantuvieron un crecimiento elevado y más sostenido durante todo el año, alcanzando un 8,6% en media anual. Su perfil mostró una ligera tendencia al alza, de forma coherente con la fortaleza que, un año más, siguió mostrando la demanda interna. Es significativo, a este respecto, el aumento de las compras de bienes de consumo no alimenticio, cercano al 10% en volumen. En cambio, las de bienes de capital se desaceleraron notablemente respecto a los años anteriores, lo que no es muy coherente con el fuerte aumento de la inversión en capital fijo estimado por la contabilidad nacional.

En términos nominales, el crecimiento de las exportaciones (10,6%) se aproximó más que en los tres años anteriores al de las importaciones (12,2%), lo que se plasmó en un crecimiento del déficit comercial inferior, si es que el 15,3% de aumento puede calificarse de inferior. La tasa de cobertura bajó al 65,4%, lo que significa que el valor de nuestras ventas en el exterior cubre menos de las dos terceras partes de lo que compramos. Somos unos aprovechados. Mientras nos dejen...

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).

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