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Las comunidades sufrirán déficits récords en 2010

S&P urge recortes en línea con los del Gobierno central

En tiempos difíciles, toca apretarse el cinturón. A todo el mundo. Standard & Poor's advierte que las comunidades autónomas "registrarán en 2010 el peor desempeño presupuestario de la historia reciente" y asegura que, de mantener esa tendencia, harán más difícil que España cumpla sus compromisos con la Unión Europea para estabilizar sus finanzas públicas.

La agencia hizo público ayer un informe cuyo título ya supone toda una declaración de principios: Las regiones españolas afrontan recortes de gastos forzosos e inmediatos si quieren evitar desequilibrios estructurales. Y es que, para 2010, las autonomías registrarán un déficit equivalente al 20% de los ingresos totales y, dadas las débiles perspectivas de crecimiento, en 2011 y 2012 esa relación sólo se suavizará hasta el 10%. En línea con esas previsiones, Standard & Poor's cree que la deuda de las regiones puede superar el 110% de los ingresos operativos consolidados para 2012, frente al 40% que se registró en 2007.

La agencia duda de la voluntad política regional para reducir gastos

La agencia reconoce que las comunidades han asumido muchas competencias en los últimos años, en parte por un aumento de la población del 16% en 10 años, y que se han convertido en las proveedoras de "la esencia del Estado de bienestar". El 60% de sus gastos se dedican a sanidad, educación y atención social, lo que hace difícil los recortes. Como subraya el informe, las regiones suponen un tercio del gasto general, el 55% del total de funcionarios y un 15% de la deuda pública.

Pero, ante todo, S&P pone en duda su capacidad de llevar a cabo los ajustes necesarios dada "la falta de voluntad, hasta la fecha, de aplicar medidas de recorte de gasto dolorosas y que tengan un coste político". Y pone como ejemplo que, pese a la crisis y al desplome en los ingresos, las comunidades mantienen en 2010 "extensas inversiones para impulsar la actividad económica". Los gastos de capital siguen siendo sustanciales (por encima de los 30.000 millones de euros) y se sitúan cerca de los niveles récord de 2008. De ahí que mantengan "una perspectiva negativa de las calificaciones de todas las regiones".

El informe también arremete contra el Gobierno central por su "programa de reformas estructurales, menos ambicioso de lo previsto", "unas previsiones de crecimiento superoptimistas" que retrasan el necesario ajuste y por "no haber sido muy estricto" a la hora de obligar a las regiones a cumplir con sus límites de déficit.

Lo cierto es que S&P no cesa en su presión sobre España. En el último mes, la agencia ha rebajado la calificación del País Vasco, Navarra y Cataluña, y previamente lo había hecho con la calificación de España.

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