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Sin consuelo hipotecario

El Euríbor seguirá subiendo hasta situarse entre el 5% y el 5,5% en los próximos meses

El Euríbor, principal referencia de las hipotecas variables, se coloca ya en torno al 4,8%. Un nivel no visto desde diciembre del año 2000 que preocupa y mucho a las familias españolas, como lo demuestra el hecho de que por cada 100 hipotecas nuevas que se firmaron el pasado junio otras 18 cambiaron sus condiciones, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

En concreto se renegociaron más de 20.000 hipotecas en busca, en su mayor parte, de unos mejores tipos de interés y plazos para adaptarse al alza constante de las cuotas mensuales, que ya suman de media una subida cercana a los 2.400 euros anuales en los dos últimos ejercicios.

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Dicen los expertos que en el futuro aún habrá más operaciones de este tipo o incluso más drásticas- recurrir a la reunificación de deudas total es una práctica cada vez más extendida que crece a ritmos superiores al 35% anual- porque el Euríbor no frenará su actual carrera alcista. Niveles en torno al 5% para los próximos meses se dan "por sentado", e incluso hay quien apuesta por otros, hasta medio punto más elevados.

No comparte esta opinión tan pesimista el ministro de Economía, Pedro Solbes, que cree que "la parte fundamental del recorrido al alza de los tipos se ha producido ya, y por tanto también del Euríbor, por lo que las probabilidades de haber tocado techo aumentan".

Aunque tuviera razón, la realidad seguirá pesando en los próximos meses: todos aquellos que firmaron su crédito para comprar vivienda pasado 2001 (más del 80% de los hipotecados actuales) pagarán cuotas de amortización mensuales superiores a las que firmaron inicialmente.

Más riesgo, más controles

Si poco consuelo hipotecario llegará a corto plazo de la mano del Euríbor, menos, probablemente, surgirá de las oficinas bancarias. Es cierto que el volumen de créditos firmados desciende -en junio su número ha bajado más de un 5% en tasa interanual, según el INE-, pero no sólo lo hace porque la demanda es menor - el importe de un préstamo medio es de 148.715 euros que, al 4,68% y a 27 años, supone abonar al mes cerca de 810 euros, lo que no está al alcance de todas las economías-, sino también porque las propias entidades vuelven a endurecer sus controles de riesgo.

Las hipotecas que financian más del 80% del valor de tasación o cuyo coste supera el 35% de los ingresos del particular son examinadas con lupa. No sólo eso. De la mano de la fiscalidad, las noticias tampoco son halagüeñas. Es cierto que desde Convergencia y Unió se ha condicionado el apoyo de su partido a los Presupuestos Generales del Estado para 2008 a que en ellos se establezca algún mecanismo que compense la subida de los tipos de interés a las familias hipotecadas.

Pero desde el Ejecutivo se ha rechazado alegando que la actual deducción, que se aplica sobre un máximo de 9.000 euros por persona al año, es ya suficiente.

Por otro lado, la nueva Ley de Reforma Hipotecaria, que previsiblemente se aprobará en las próximas semanas, aún presenta claroscuros sobre la rebaja real de costes hipotecarios.

Entre tan poco consuelo, una tranquilidad. La crisis de las hipotecas subprime, que tanto afecta al mercado estadounidense y que ha dado en agosto un buen "revolcón" a los mercados bursátiles, no se trasladará a España, según la mayoría de los expertos. Tiempos revueltos, sí, pero no tanto.

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