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El dato de vivienda crea más dudas sobre la recuperación en EE UU

Las ventas de inmuebles listos para estrenar han caído un 12,4% en julio

Si había alguna esperanza, aunque fuera mínima, de que este iba a ser el verano de la recuperación en Estados Unidos, o al menos en el sector de la vivienda, se ha derrumbado. Las ventas de inmuebles listos para estrenar han caído un 12,4% en julio. Wall Street esperaba un aumento, lo que ha sentado aún peor. Este dato sigue a la caída del 27,2% en las viviendas usadas ese mes.

Los constructores inmobiliarios en EE UU están vendiendo nuevas casas a un ritmo de 276.000 unidades anuales. Es el más lento registrado para un mes de julio, lo que significa que habrá más inmuebles apilándose en el mercado esperando comprador. Los economistas esperaban que subieran a las 333.000 unidades, tras un incremento del 12,1 % registrado en junio.

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De nuevo, como quedó constatado ayer, ni la bajada de precios ni los bajos tipos de interés están siendo suficientes para animar a un consumidor que está enrocado. Y esta depresión que vive el mercado inmobiliario se hace notar también en el valor de los inmuebles de reciente construcción, cuyo precio está al nivel más bajo desde diciembre de 2003, en los 204.000 dólares.

La confianza de los futuros compradores se está viendo afectada por el temor a perder el empleo. Y la caída en la demanda amenaza a su vez al crecimiento económico, por su peso en el producto interior bruto. Por si no fuera suficiente, los constructores deben competir además con las viviendas desahuciadas por los bancos, que rebajan aún más el valor de la vivienda.

No es el único dato de la jornada que muestra la debilidad de la economía. El Departamento de Comercio publicó también la evolución de los pedidos de bienes duraderos, que subieron apenas tres décimas en julio. Los economistas esperaban que crecieran tres puntos. Los dos indicadores combinados, provocaron que el índice Dow Jones perdiera los 10.000 puntos.

El gran temor en este momento, a partir del dato de vivienda, es que la economía no sea capaz de andar por su propio pie sin el soporte de los estímulos públicos. Precisamente ayer tarde, la Oficina de Presupuesto del Congreso calculó que el plan de incentivos de 814.000 millones de dólares aprobado por Barack Obama aportó 4,5 puntos al crecimiento en el segundo trimestre.

Es decir, sin ellos se habría producido una contracción del 2% y la tasa de paro habría superado el 10%. Pero esos estímulos empiezan a perder a partir de ahora intensidad, por eso desde la Casa Blanca se urge al Congreso de EE UU que adopte un nuevo mini paquete de ayudas, dirigidas principalmente a las pequeñas y mayores empresas, las mayores generadoras de empleo.

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