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El déficit del Estado se quintuplica y roza el 7% del PIB en noviembre

Alejandro Bolaños

La inercia de los Presupuestos impone su ley. En el tramo final del ejercicio se concentran buena parte de los pagos y es entonces cuando, si fallan los ingresos, el déficit alcanza su dimensión real. Y lo que cuentan los datos de ejecución presupuestaria hasta noviembre es que el saldo negativo del Estado es cada vez mayor: supera ya los 71.500 millones, lo que equivale al 6,8% del PIB.

El secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, recalcó ayer que la evolución de los presupuestos "está en línea" con las previsiones de su departamento, que anticipa un déficit del 8,1% en la Administración central para todo el ejercicio. El saldo negativo quintuplica el desfase que se registraba hace un año. "La mitad se debe al impacto de una evolución económica negativa y la otra mitad al coste de las medidas adoptadas por el Gobierno contra la crisis", explicó Ocaña.

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La recesión se deja notar a ambos lados de los estados contables. La recaudación de impuestos ha perdido un 16,8% respecto al mismo periodo (enero-noviembre) de 2008. Entre los grandes tributos, el deterioro es mayor en los ingresos por IVA (bajan un 30%) y en los del impuesto de sociedades (un 23% menos) y algo más atenuado en el IRPF (-11%).

Del lado de los gastos destacan el repunte de las transferencias para costear las prestaciones por desempleo y el aumento del pago de intereses de la deuda pública. Las medidas anticrisis también dejan rastro: la deducción de los 400 euros en el IRPF o los aplazamientos del IVA limitan los ingresos; los fondos extraordinarios de inversión elevan los gastos.

Lo que no tiene tan claro el Gobierno es si las comunidades autonómicas van a cumplir con su objetivo de déficit este año (1,5% del PIB) o si respetarán lo acordado para 2010, aunque se haya elevado su listón al 2,5%. Ocaña esgrimió ayer la única arma que le queda: la autorización de las emisiones de deuda pública de las comunidades que sirven para financiar el déficit. "No vamos a aceptar endeudamiento por encima de lo recogido en los objetivos de estabilidad", advirtió.

El fiasco de la última Conferencia de Presidentes no arredra a Economía. "Es deseable un acuerdo que diga cómo, en qué plazos y con qué medidas vamos a lograr el equilibrio financiero", afirmó Ocaña, quien instó a las comunidades a que analicen "dónde se puede reducir no sólo el gasto, sino también las estructuras administrativas".

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