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La deuda portuguesa alcanza el 100% del PIB

Los números rojos de las cuentas públicas de Portugal son cada vez más rojos, según un estudio del equipo de análisis económico del Banco Portugués de Inversión (BPI, el quinto banco por activos), que calcula que por primera vez el valor de la deuda agregada de las empresas públicas y la directa del Estado al cierre del 2009 equivale a la riqueza total del país: asciende al 100% del Producto Interior Bruto (PIB). En dinero contante y sonante, la deuda pública alcanzó 160.000 millones de euros.

El estudio, presentado por el presidente del banco, Fernando Ulrich, abre la caja de Pandora y propina un varapalo al Gobierno a 20 días de la presentación en el Parlamento de los presupuestos del Estado de 2010. El BPI cree que la deuda pública seguirá subiendo en los próximos 30 años. El estudio calcula, asimismo, otra deuda escondida, que afectará al bolsillo de los contribuyentes los próximos años. Se trata de los compromisos de gasto adquiridos por el Estado, que incluye a ayuntamientos y las regiones autónomas de Madeira y Azores, y los pasivos de las empresas públicas, que no logran salir de una situación deficitaria. Según el BPI, esta factura asciende a 70.900 millones de euros, de los que 32.400 millones corresponden al endeudamiento de las empresas públicas; 27.500 millones más en intereses deberán ser abonados por el Estado en los próximos años por las inversiones público-privadas para la construcción de autopistas y hospitales.

Diferencias con Grecia

Pese a este cuadro pesimista, Fernando Ulrich marcó diferencias entre la situación de Portugal y la de Grecia, que atraviesa una situación al borde del colapso de las finanzas públicas.

El sombrío panorama dibujado por el equipo económico del BPI mereció una rápida respuesta por parte del primer ministro portugués, el socialista José Sócrates, que en un simposio celebrado en París subrayó que Portugal "fue de los países que gastaron menos en sus bancos". "En todo el mundo la deuda del Estado ha aumentado por las ayudas al sistema financiero", añadió.

Sócrates aprovechó para calificar de "irónico" que "quienes provocaron la crisis internacional -los sectores financieros- sean ahora los primeros en quejarse de las acciones del Estado que permiten resolver esta crisis".

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