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La dureza de la recesión destruye 2,6 millones de empleos en EE UU

El paro aumenta en 3,6 millones y la tasa de paro se dispara al 7,2%, la mayor desde enero de 1993 - Es el ajuste laboral más intenso de las últimas crisis

El mercado laboral se deteriora con fuerza en EE UU. Es la cara más amarga de la recesión, que arrasó otros 524.000 empleos no agrícolas en diciembre. El año se cierra así con 2,6 millones de puestos de trabajo perdidos, el peor dato desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. La tasa de paro subió cuatro décimas en el mes, al 7,2%, la más alta en 16 años, lo que se traduce en 3,6 millones más de desempleados que en diciembre de 2007.

La contracción en el empleo dura ya 12 meses, y se aceleró a final de año, con la intensificación de la crisis financiera. El dato de diciembre está dentro de lo que esperaba Wall Street. Pero fueron revisados a peor los dos meses precedentes, con 154.000 empleos destruidos más de los anunciados. La pérdida de empleo en noviembre se eleva a 584.000, la más alta en 24 años, y la de octubre a 533.000.

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En la recesión de 2001, el máximo de empleo mensual destruido ascendió a 325.000, y 306.000 en la de 1990. Y sólo en el cuarto trimestre se rescindieron 1,9 millones de contratos. Diciembre fue, además, el séptimo mes en las últimas seis décadas que se destruyó empleo por encima del medio millón. Y el dato de noviembre podría superar con la próxima revisión los 602.000 de diciembre de 1974.

La desaparición de empleos en el conjunto de 2008 contrasta con los 1,1 millones creados un año antes, y con los ajustes podría superar incluso los 2,75 millones eliminados cuando se desmanteló la economía de guerra tras la contienda bélica en 1945. Pero entonces, la población activa era la mitad (la fuerza laboral asciende hoy a 154,4 millones, 61% de la población).

Buscando un referente más cercano en el tiempo, el dato anual rebasa ampliamente los 2,1 millones de empleos destruidos en la recesión de 1982 y los 1,78 millones de 2001. Y como advirtió esta semana la Reserva Federal (Fed), esta tendencia continuará hasta bien entrado 2009. Los economistas temen que se pierdan otros dos millones de empleos, con lo que la recesión se llevaría por delante más de cuatro millones de puestos de trabajo.

La contracción de la economía afecta a todos los sectores. La industria perdió 149.000 empleos en el mes de diciembre, o 791.000 desde el inicio de la recesión. Esta semana Alcoa anunciaba el despido del 13% de la plantilla. El de la construcción, epicentro de la crisis, eliminó 101.000 contratos en diciembre, 899.000 desde el pico en septiembre de 2006. Y 273.000 en los servicios. El único que crea empleo es la salud, 372.000 en el año.

El paro, entre tanto, se coloca a un nivel que no se veía desde enero de 1993. En un año, la tasa de desempleo subió 2,3 puntos porcentuales. Y seguirá creciendo, hasta posiblemente tocar el 10% antes de que se produzca una estabilización. En total hay 11,1 millones de parados, lo que representa un incremento mensual de 632.000 personas y de 3,6 millones en el año. Algunos Estados ya se topan con dificultades para pagar los subsidios por desempleo.

Hay en torno a 2,6 millones de individuos sin trabajo desde hace más de dos años en EE UU, el doble que antes de la crisis. También se duplicó el número de personas que desistieron en la búsqueda de empleo, hasta 642.000. Otro de los efectos de la recesión son las horas trabajadas. En diciembre eran ocho millones los asalariados que de forma involuntaria vieron sus contratos reducidos a tiempo parcial, 3,4 millones más que en diciembre de 2007.

La fuerte destrucción de empleo sugiere que la contracción de la actividad económica en el cuarto trimestre será importante, superior al 3% del PIB, tras una caída de medio punto el tercero. El dato publicado ayer amenaza con hundir aún más la confianza y el consumo, del que dependen dos terceras partes del crecimiento. Las ventas en el sector del comercio confirman que la temporada de compras navideñas fue un desastre, la peor en cuatro décadas.

Todo esto representa un reto político para el presidente electo Barack Obama, que ayer volvió a pedir al Congreso que adopte con urgencia su plan bianual de reactivación económica, con el que espera "crear o salvar" tres millones de empleos con inversiones masivas e incentivos fiscales. Para ello movilizará entre 775.000 millones y 1,3 billones de dólares. Si no, advierte, la recesión será más difícil de contener y corregir.

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