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La economía mantiene una débil recuperación tras crecer un 0,2% entre abril y junio

El Banco de España advierte de que el consumo avanzó un 0,7% por factores temporales y destaca que el país ha aguantado la crisis de desconfianza desatada por Grecia

Los meses en los que los mercados financieros pusieron a la economía española al borde del precipicio, fueron también los meses en los que se alejó un paso más de la recesión. Según ha adelantado el boletín del Banco de España, el PIB aumentó entre abril y junio un 0,2% respecto al trimestre anterior. Es una variación raquítica, apenas una décima más que en el arranque del año, pero sirve para certificar que la economía crece por segundo trimestre consecutivo, tras pasar siete en números rojos. Y también corrobora que la débil recuperación de la economía española aguantó el descomunal temporal de desconfianza que se extendió tras la zozobra de Grecia.

El crecimiento trimestral es exiguo, pero por comparación con el descalabro que se produjo en el mismo periodo de 2009 (un retroceso del 1%), da un empujón a la tasa interanual (del -1,3% del primer trimestre al -0,2% en el segundo trimestre), cerca ya de territorio positivo. El dato adelantado por el Banco de España, que tiene que ser aún ratificado la próxima semana por el Instituto Nacional de Estadística, coincide además con la previsión más optimista de los expertos (algunos habían anticipado incluso la posibilidad de una recaída) y con el vaticinio más reciente del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que la semana pasada, ya con muchos datos en sus manos, aseguró: "La actividad del segundo trimestre será superior a la del primero".

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Según el análisis del organismo supervisor, pudieron más los incentivos sobre la demanda privada de algunas decisiones del Gobierno, y la aportación del comercio exterior, que la enorme crisis de confianza, traducida en notables repuntes de los costes de financiación para el Estado y las empresas. Así, el consumo de las familias, que explica más de la mitad del PIB, aumentó un 0,7% respecto al trimestre anterior. Es un crecimiento apreciable, cercano al habitual en los años expansión, que el Banco de España explica por "algunos elementos de naturaleza transitoria": el aumento de compras por el fin de la subvenciones a la adquisición de coches, por el adelanto a la subida del IVA de julio, o, incluso, por la cercanía del Mundial de Fútbol y el apagón analógico, que empujó las ventas de televisiones.

Cambio de tendencia en la construcción

El resto de componentes de la demanda muestra comportamientos muy similares a los del primer trimestre. La inversión en bienes de equipo cae por segundo trimestre consecutivo. Y la inversión en construcción reafirma el cambio de tendencia. La obra en vivienda ralentiza su retroceso, mientras que la obra pública acelera su caída, pese a que todavía no se perciben buena parte de los efectos de la cancelación y retraso de inversiones que el Gobierno anunció en mayo. Según el Banco de España, la aceleración de los planes de austeridad tampoco tiene aún una incidencia notable en el consumo público ("las compras netas muestra una mayor inercia", apunta el boletín), aunque sí empieza a reflejarse en la remuneración de los asalariados. El boletín del supervisor confirma que, por el lado de la oferta, todas las ramas de actividad tuvieron "un comportamiento más favorable" que en el primer trimestre.

Sobre las medidas adoptadas por el Gobierno (que suponen adelantar a 2010 y 2011 buena parte del ajuste de gasto público previsto hasta 2013), el supervisor destaca que son "adecuadas" y suponen "recortes permanentes de gasto", además de despejar las dudas sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas.

Sin embargo, insta al Gobierno a detallar las medidas relativas a la consecución del techo de gasto para 2011 y todas las que afectan a los recortes que deben implementar las administraciones territoriales, sobre todo para el próximo año. En este sentido, advierte el Banco de España, "el Gobierno debe estar preparado para instrumentar medidas fiscales restrictivas adicionales si la consecución de los objetivos presupuestarios se viera en peligro". Y le anima a completar una reforma laboral profunda.

Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España.
Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España.EFE

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