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La economía japonesa retrocede un 2,4% por el contagio de la crisis

El miedo a la recesión aumenta tras las caídas del PIB en varios países

Tras una década portentosa, las burbujas inmobiliaria y bursátil acabaron explotando y provocaron una profunda crisis. Parece una sinopsis del thriller financiero en el que están sumidas las economías de EE UU y Europa desde hace un año. Pero en realidad eso ocurrió hace ya más de 15 años en Japón, la segunda potencia económica mundial.

Justo en el momento en que la economía nipona parecía salir de su letargo, las turbulencias financieras internacionales y su impacto en la economía mundial causan estragos. El Producto Interior Bruto (PIB) del país asiático se contrajo un 2,4% interanual en el segundo trimestre, un hundimiento dramático debido a la caída de las exportaciones y del consumo interno.

Se trata del primer retroceso en cuatro trimestres. Y alimenta el miedo a la recesión -dos trimestres consecutivos de caídas, según la definición académica- tanto en Japón como en otros grandes países. Tres de los siete integrantes del G-7 -Japón, Canadá e Italia- presentan ya caídas trimestrales en su PIB.

La contracción del segundo trimestre fue del 0,6% en relación al primero. Entre enero y marzo, la economía había registrado una expansión interanual de un 3,2% y de un 0,8% respecto a los tres meses anteriores, según los datos del Gobierno japonés. El actual retroceso supone el mayor desplome trimestral desde 2001, último año en el que Japón experimentó una recesión precedida por la crisis originada por el estallido de sendas burbujas inmobiliaria y de activos a comienzos de los años noventa.

Las exportaciones cayeron en el segundo trimestre por primera vez en tres años, un 2,3%; y las importaciones se redujeron un 2,8%. El detonante de esos recortes es la pérdida de dinamismo de los mercados estadounidense, europeo y de las economías emergentes de Asia, donde se han reducido tanto las compras de vehículos como de bienes electrónicos.

El consumo de los hogares, el segundo pilar sobre el que se sustenta Japón -representa más de la mitad del PIB-, disminuyó un 0,5% en comparación al trimestre anterior por la escalada de los precios de los combustibles, de las materias primas y de los alimentos de primera necesidad (productos lácteos, cereales y pastas). Tras varios años en los que Japón flirteó con la deflación -un fenómeno monetario que supone una caída de precios y es muy peligroso para la salud de la economía-, los salarios reales están ahora estancados en Japón debido a la inflación.

El tercer pilar de la economía japonesa, la inversión pública, fue menor por el déficit presupuestario y el elevado endeudamiento. También cayó la inversión empresarial, y el mercado inmobiliario experimentó un recorte inesperado del 3,4%.

El primer ministro japonés, Yasuo Fukuda, ha remodelado recientemente la mayor parte de su Gobierno, y en especial el área económica, cuyos responsables se enfrentan ahora a una tarea complicada. El ministro de Política Económica y Fiscal, Kauro Yosano, reconoció que hay "riesgos descendentes" en el PIB, pero destacó que la contracción no tiene por qué prolongarse a largo plazo. Fukuda prevé anunciar a finales de este mes medidas que ayuden a las empresas y a las familias a afrontar la desaceleración.

Un hombre camina ante un panel con los índices bursátiles en Tokio.
Un hombre camina ante un panel con los índices bursátiles en Tokio.EFE

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