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El euro se refuerza como segunda moneda mundial

La divisa, a punto de cumplir 10 años, gana al dólar por valor en bonos

Andreu Missé

Contra el pronóstico de muchos expertos, especialmente académicos en Estados Unidos, el euro se ha convertido en una de las monedas más sólidas del mundo y uno de los éxitos más tangibles de la Unión Europea. En el horizonte de su décimo aniversario, la moneda única se ha consolidado como la segunda divisa de referencia en los mercados internacionales y como un eficiente instrumento para favorecer el empleo en la UE.

Pese a los avances, el euro no ha logrado alcanzar las metas de crecimiento del PIB
Eslovaquia se unirá previsiblemente en junio al grupo de los 15 países

El próximo 7 de mayo, con motivo del décimo aniversario de la decisión de su creación, el comisario de Asuntos Económico y Monetarios, Joaquín Almunia, presentará un balance de los logros, pero se centrará sobre todo en diseñar un mejor sistema de funcionamiento de la Unión Económica y Monetaria para afrontar los desafíos de la globalización, el envejecimiento y el cambio climático.

Se espera que durante la segunda década de su funcionamiento, los países de la Unión -excepto Reino Unido y Dina-marca- que no adoptaron la moneda acaben haciéndolo. Para esta segunda fase, Almunia ha destacado recientemente dos elementos clave: "Reforzar la capacidad de vigilancia en la Unión Económica y Monetaria y permitir una mayor coordinación de las políticas económicas en la zona euro". Esto significa no limitar el examen al control de los déficit y deuda públicos, sino ampliarlo a otros aspectos como los déficit corrientes y la inflación, principalmente.

Aunque el control de la estabilidad de los precios es tarea primordial del Banco Central Europeo, "los gobiernos", señalaba Almunia, "deben dar también pasos contra la inflación evitando políticas fiscales procíclicas y la manipulación con precios administrativos e impuestos indirectos para mejorar la competitividad -especialmente en sectores no abiertos al mercado- y promoviendo políticas que vinculen el desarrollo de los salarios a la productividad".

Al cumplir su primera década, el euro se ha convertido en la segunda moneda del mercado de reservas internacionales con una participación del 26% del total, frente al 18% que alcanzó cuando se creó. Los bonos denominados en euros representan el 49% del mercado mundial, una porción mayor que la correspondiente a los bonos negociados con dólares (35%).

Los economistas Elias Papaioannou y Richard Portes sostienen en su estudio El papel internacional del euro que la moneda "ha desplazado al dólar como moneda de reserva en Europa, incluyendo a los países no miembros de la UE". En su opinión, la primera década del euro ha venido marcada por un auge de su papel que va camino de "convertirse en un equivalente del dólar como moneda internacional".

El euro ha logrado ser un instrumento cada vez más relevante como escudo protector de los consumidores europeos frente a la escalada del petróleo. Desde 2002, el precio del barril aumentó desde los 20 dólares hasta los más de 100 que ha alcanzado actualmente. Sin embargo, el precio pagado por los consumidores europeos ha crecido bastante menos, debido a que en términos de euro, el barril de 100 dólares cuesta 60 euros con el cambio actual.

Otras de las ventajas atribuidas al euro es su influencia en la reducción de la inflación y de los tipos de interés a largo plazo, hasta la mitad, respecto a la década anterior. Esta evolución ha permitido a las familias adquirir su propia vivienda y reducir sensiblemente el coste de la deuda que pagan muchos países.

Con todo, sin duda el mayor éxito del euro ha sido la creación de 16 millones de empleos durante la última década, muchos más que los 11 millones generados en los años noventa o los dos millones de los ochenta. Esta nueva dinámica del mercado de trabajo ha permitido rebajar el desempleo en la UE hasta el 7%, cuatro puntos menos que hace 10 años.

El profesor Ray Barrell, autor de un trabajo colectivo sobre el impacto del euro en el crecimiento y el empleo, afirma que la moneda "ha tenido un impacto positivo en el crecimiento de los países del núcleo duro de la zona euro (Alemania, Francia, Italia y Holanda) elevando el nivel de producción casi un 3% en dichos países".

A pesar de los avances, la moneda única no ha logrado satisfacer los objetivos en materia de crecimiento y productividad. La peor consecuencia es que "la capacidad de los países de la zona euro para adaptarse a los shocks económicos no ha sido tan eficiente como podría haber sido, manteniendo persistentes divergencias en crecimiento e inflación entre los países de la zona euro", según el comisario.

El euro fue creado por decisión de los líderes de la UE en el Consejo del 1 al 3 de mayo de 1998 y en junio del mismo año se constituyó el Banco Central Europeo. En enero de 1999, la moneda única fue lanzada por 11 países (Austria, Bélgica, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, Irlanda, Luxemburgo, España, Portugal y Holanda). Grecia se incorporó al club en 2001. Sin embargo, las monedas y los billetes de euro no fueron introducidos hasta 2002.

Con la entrada de Eslovenia, en 2007, y Chipre y Malta, en 2008, la zona euro está integrada por 15 países con una población de 320 millones de personas. El próximo candidato es Eslovaquia, cuyo ingreso podría decidirse en el próximo Consejo Europeo de junio.

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