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El ex jefe de personal de Volkswagen admite 44 desfalcos a la compañía

Peter Hartz sobornó con viajes y prostitutas al comité de empresa

El ex director de recursos humanos de Volkswagen, Peter Hartz, se declaró ayer culpable de 44 desfalcos al consorcio automovilístico y de haber favorecido con bonificaciones no justificadas al comité de empresa. Estas bonificaciones abarcaban desde generosos pagos en efectivo a financiación de juergas, viajes con prostitutas y amantes a costa de la compañía. Con la admisión de culpabilidad, Hartz evitará el juicio oral y la cárcel.

La declaración de culpabilidad de Hartz es intencionada e interesada. Los abogados de Hartz pactaron con la fiscalía y el tribunal que el ex directivo recibirá una condena de menos de dos años en libertad condicional y una multa que se estima en 360 días de salario, equivalente a 1,8 millones de euros. De esta forma, Hartz se evita el juicio oral y el penoso desfile de prostitutas llamadas a declarar.

Una prostituta brasileña que trabaja en Lisboa, que gozó de los favores de Hartz y viajó en una ocasión a reunirse con él en un lujoso hotel de París, declaró a un periódico alemán que le mostró una foto de Hartz: "Sí, éste es mi Peter". Para evitar éste y bochornos similares, Hartz asume ahora la culpa y no tendrá que ir a la cárcel por carecer de antecedentes.

Hartz llegó ayer a la sede de la Audiencia Provincial de Braunschweig a bordo de un coche de alta gama de VW. Lo recibieron unas docenas de manifestantes a los gritos de "¡Golfo!" y "Traidor a los obreros". Una pancarta preguntaba: "¿Dónde están las putas y el dinero?". Algunos antiguos colegas se acercaron para darle ánimos. La sala del tribunal se llenó de público dos horas antes de comenzar la causa, con gente que hacía cola desde las seis de la mañana. Un jubilado expresaba su indignación ante lo que interpreta como un apaño judicial para no encarcelar a Hartz: "Hace unos días condenaron a dos chicas a tres semanas de cárcel por robar en una tienda, y éste se marcha libre". El juicio contra Hartz es el primero de una docena contra implicados en el escándalo de la compra de los representantes obreros en los gremios de la cogestión de VW.

El nombre de Hartz fue durante el Gobierno de Schröder el símbolo de la reforma laboral. Con su declaración de culpabilidad, ha prestado sin duda un último servicio a VW. Nadie puede creer que el amo y señor de VW, Ferdinand Piëch, que tenía su despacho al lado de Hartz, no hubiese autorizado los planes de compra del comité de empresa.

Peter Hartz (izquierda), junto a su abogado, en la sede de la Audiencia Provincial de Braunschweig (Alemania).
Peter Hartz (izquierda), junto a su abogado, en la sede de la Audiencia Provincial de Braunschweig (Alemania).AP

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