El exitoso modelo de los aprendices que trabajan y van a la escuela
El mercado laboral y la legislación alemana se han mostrado extremadamente eficaces para proteger el empleo de los jóvenes y su búsqueda de puestos de trabajo en tiempos de crisis. El pasado enero, según Eurostat, sólo el 10% de los jóvenes alemanes buscaba empleo. Todo un contraste con el 40% español.
La legislación alemana tiene un modelo para los contratos juveniles: el sistema dual. Una vez terminada la formación escolar, con 16 o 19 años, el joven accede a una empresa como aprendiz. En esta situación puede permanecer entre dos y tres años y medio. En este periodo, al mismo tiempo que trabaja, acude también a una escuela de formación profesional para completar su educación teórica.
Que el contrato sea de aprendiz no quiere decir que el trabajador no tenga derechos, pues las empresas están obligadas a cubrir la cuota de seguridad social, desempleo y jubilación de los aprendices. Lo que varía en función del sector es el sueldo. Así, un aprendiz metalúrgico en la rica región de Baden-Wurtemberg percibe 810 euros mensuales en su primer año de formación, 861 en el segundo, 937 el tercero y 988 euros en el cuarto. En Berlín, ganan unos 100 euros mensuales menos.