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El exjefe de Penedès no cobró el blindaje de más de dos millones al dejar el grupo BMN

Íñigo de Barrón

El escándalo de las indemnizaciones a los exdirectivos de la CAM y las cajas gallegas ha puesto el foco en la salida de otros responsables de entidades. El grupo BMN, capitaneado por Caja Murcia y donde están Caixa Penedès, Sa Nostra y Caja Granada, también vivió momentos similares con la salida de ejecutivos, pero los resolvió sin conceder los millones exigidos. Este ejemplo demuestra que existe mayor capacidad de maniobra de la que se ha argumentado en esta crisis.

Los hechos ocurrieron en agosto, cuando el primer ejecutivo del grupo BMN, Carlos Egea, estableció el nuevo organigrama y prescindió de Joan Caellas Fernández, de 48 años. Caellas era director general de Caixa Penedès desde el 31 de mayo y, posteriormente, subdirector del Banco BMN. El ejecutivo hizo valer el blindaje de su contrato que, debido a su edad, ascendería a más de tres millones de euros, según varias fuentes consultadas.

Egea se opuso a que aplicara el blindaje establecido legalmente y le informó de que abandonaría la caja con lo que estipula la ley en cualquier despido, una indemnización de 45 días de salario por año trabajado. Este cálculo sumó alrededor de un millón de euros. Tras algún debate, Caellas aceptó las condiciones y renunció a algo más de dos millones que le hubieran correspondido según sus acuerdos en la entidad. Caellas abandonó todos los cargos tanto en la caja como en el banco. Al margen del blindaje, Caellas se quedó con su fondo de pensiones, dotado por Penedès, del que se desconoce su cuantía.

El cese se produjo en un Consejo de Administración de Caixa Penedès, en una reunión extraordinaria y por sorpresa, en agosto. En teoría, Caellas estaba considerado por las fuentes del sector financiero como sucesor en un futuro al presidente de Caixa Penedès, Ricard Pagès, de 64 años, que ascendió a la presidencia en mayo, al jubilarse su antecesor, Josep Colomer.

Fuentes oficiales de Caixa Penedès justificaron la partida de Caellas como "un acuerdo por razones personales". Ejecutivos del sector comentaron que Caellas no era un ejecutivo de la línea del presidente del grupo, Carlos Egea, presidente también de Caja Murcia. Penedès, con un activo de 22.500 millones, tuvo un beneficio de 27,4 millones en 2010, últimos datos individualizados. Esta cifra supone una caída del 30%, tras fuertes provisiones por inversiones inmobiliarias.

Tras la marcha de Caellas, sus responsabilidades quedaron en manos de Enric Venancio, responsable de la red de oficinas y subdirector general de BMN.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.
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