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Los expertos piden cambios en la política de I+D

España se sitúa a la cola de la Unión Europea en inversión tecnológica

España está en el vagón de cola de Europa en inversión en I+D, lo que redunda en una magra productividad. El país ha basado su crecimiento en sectores de bajo perfil tecnológico, como la construcción. Pero además aquí la inversión cunde menos. En Francia, cada euro que la Administración destina a I+D genera dos euros del sector privado; en España, la relación es de uno a uno. Los expertos reclaman nuevos instrumentos públicos.

En España, la productividad ha crecido una media del 0,3% en los últimos 10 años, un punto por debajo de la Europa de los Quince, según un estudio de La Caixa. En el vagón de cola de los países europeos, sólo por delante de Italia y Grecia, señala el último Boletín Económico del Banco de España.

El dato es preocupante teniendo en cuenta la lastrada competitividad de la economía, que sufre un déficit comercial (diferencia entre exportaciones e importaciones) supera los 59.000 millones de euros y un diferencial de inflación con Europa que ronda el punto.

¿Qué ocurre con la productividad en España? Varios académicos de reconocido prestigio atribuyen este retraso a dos grandes motivos. El primero es la estructura sectorial de la economía. Demasiado ladrillo y actividades de poco contenido tecnológico, coinciden en diagnosticar el catedrático de la Universidad de Valencia y director de investigación del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), Francisco Pérez, y el profesor de Esade Fernando Ballabriga. "La construcción en su conjunto no gana productividad, más bien lo contrario", se lamenta Pérez.

El estudio de La Caixa, dirigido por Jordi Gual, subdirector de la entidad financiera, constata que casi la mitad del crecimiento del PIB en el primer lustro del tercer milenio lo aportaron la construcción y servicios de bajo valor añadido como hostelería o restauración.

Las actividades más productivas (energía, industria puntera y servicios de intermediación financiera) representaron sólo el 11% del crecimiento del PIB. Pero eso no es excusa. Con el mismo patrón de especialización sectorial que la Europa de los Quince, los avances de productividad son inferiores.

¿Por qué? ¿Debido al poco gasto en I+D? De entrada sí. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), España superó en 2005 el 1,13% del PIB. Lejos de alcanzar el objetivo del 2% del PIB en 2010 que marca la Agenda de Lisboa.

Para los expertos, sin embargo, el segundo motivo es la calidad de la inversión, según el catedrático de la Universidad Complutense y ex consejero del Banco de España Julio Segura. En su opinión, hay que revisar "la arquitectura del sector tecnológico". Jordi Gual pide "una reforma institucional".

Valor añadido

Para que los parques tecnológicos den buenos resultados, sostiene Segura, "deben responder a la demanda de las empresas. Pueden ser de sectores tradicionales, pero que primen el valor añadido". Los instrumentos de financiación también admiten cambios. "Quizás se debería regular que los fondos de capital riesgo destinen el 1% de su capital a I+D y dejar las desgravaciones a proyectos de sectores más atrasados".

Los expertos fiscales comparten el diagnóstico: "Deberíamos primar otras actividades, en vez de desgravar la compra de ordenadores". El colectivo cuestiona las ayudas fiscales a la I+D porque "hay muchas líneas y cunden poco".

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