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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Apretar el cinturón autonómico

Los mercados se han convertido en los últimos años en una especie de hidra de siete cabezas, similar a la de Lerna que, según la mitología griega, fue aniquilada por Heracles cortando una a una sus cabezas. Cualquier tropezón económico, el aumento del paro y, sobre todo, las medidas de ajuste más impopulares se achacan a la dictadura de los mercados, que además parecen ser los únicos culpables de la crisis financiera que ha causado la recesión económica mundial.

Lo que se suele olvidar es que detrás de los mercados, igual que detrás de los Gobiernos, las empresas, los sindicatos y las organizaciones multilaterales, se encuentran personas. Hombres y mujeres que toman las decisiones siguiendo una lógica diferente en cada caso y siempre discutible por unos y otros.

El Gobierno debe actuar con firmeza y celeridad para hacer cumplir el objetivo de déficit
Por primera vez, el FMI ha pedido a las autonomías que reduzcan su gasto drásticamente

No seré yo quien ponga en duda que la codicia de muchos financieros y la excesiva desregulación de los mercados mundiales (sobre la que se había llamado la atención en muchos foros internacionales) fueron los causantes de la crisis financiera iniciada en 2008. Ni tampoco negaré que todavía no se han solventado los graves problemas de desregulación financiera y de debilidad de muchas entidades financieras.

Sin embargo, hoy día hay una presión diferente de los llamados mercados que no se puede obviar y que nos obliga a seguir tomando decisiones difíciles, pero imprescindibles. Me refiero a los mercados de deuda pública. Los principales países occidentales están fuertemente endeudados (empezando por EE UU) y los prestamistas internacionales se quieren asegurar de que cobrarán sus préstamos. Cuando tienen dudas, suben el precio de compra de la deuda soberana de los países poco creíbles, lo que suele llevar a un círculo vicioso de difícil salida, como se ha demostrado en los casos de Grecia, Irlanda y Portugal.

Además, el sistema puesto en marcha por la Unión Europea para rescatar a esos países está siendo muy ineficiente, porque cobra unos intereses excesivos, de los que se benefician los Estados más ricos de Europa. A estas alturas, la única fórmula razonable para tranquilizar a los mercados (a los prestamistas internacionales) es reducir el déficit público, como primer paso para recortar la deuda. Y para eso es imprescindible que colaboren todas las Administraciones de cada país.

En el caso español, el Gobierno central está haciendo sus deberes, asumiendo enormes sacrificios sociales y políticos que le han llevado incluso a renunciar a parte de la política social que fue su bandera durante su primera legislatura y permitió al PSOE volver a ganar las elecciones en 2008. Sin embargo, la mayoría de las regiones y muchos Ayuntamientos siguen actuando como si el problema no fuera con ellos, poniendo en peligro la credibilidad y la solvencia de España.

Según los últimos datos oficiales, la deuda de las CC AA creció un 32% en 2010 respecto a 2009, situándose en 115.455 millones de euros, el 10,9% del PIB español. Encabezan el ranking Cataluña, con 31.886 millones (el 16,2% de su PIB); la Comunidad Valenciana (17.600 millones, 17,2%), Madrid (13.492, 7,1%) y Andalucía (12.176 millones, 8,5%), seguidas -en términos de PIB- por Castilla-La Mancha (16,5%), Baleares (15,3%), Galicia (11,2%), Extremadura (9,8%) y La Rioja (9,2%).

Si a esto unimos la deuda de los Ayuntamientos, la cifra total asciende a 160.877 millones, lo que supone el 15,3% del PIB. Las ciudades más endeudadas del país son Madrid (6.453 millones de euros), Barcelona (1.202), Valencia (890), Zaragoza (748), Málaga (743) y Sevilla (454).

Todo ello ha llevado a que la deuda total de las Administraciones públicas españolas (central, autonómicas y municipales) se haya situado a finales de 2010 en 638.767 millones, superando en una décima el fatídico límite del 60% fijado en el Pacto de Estabilidad, que España incumple por primera vez desde que entró a formar parte del euro. A finales de 2009, la deuda pública representaba el 53,3% del PIB, lo que quiere decir que los esfuerzos realizados por la Administración central pueden quedar en nada por la falta de apoyo autonómico y municipal.

Además, las principales CC AA tampoco están cumpliendo las directrices fijadas por el Estado para la contención del déficit público. Mientras que la Administración central ha reducido su déficit público del 9,4% del PIB en 2009 al 5,66% en 2010, las regiones han pasado del 2% al 2,83% y, lo que es peor, algunas de ellas están anunciando que tampoco cumplirán sus objetivos durante el año en curso.

Tanto es así que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha llamado la atención, por primera vez en su informe de Perspectivas económicas de primavera, a las CC AA para que reduzcan su gasto de forma drástica y evitar que el Estado tenga que poner en marcha más medidas de ajuste.

Las autonomías que más incumplen sus objetivos de déficit son Castilla-La Mancha (con un 6,47% de su PIB regional), Murcia (4,95%), Baleares (4,16%), Cataluña (3,86%), Navarra (3,50%), Comunidad Valenciana (3,47%), La Rioja (3,26%) y Aragón (3,07%), que están entre las más endeudadas con relación a su PIB. Por el contrario, las más cumplidoras son Madrid (0,69%), Extremadura (2,23%) y País Vasco (2,24%).

Así las cosas, el Gobierno tiene que actuar con firmeza y celeridad para hacer cumplir el tope del 1,3% de déficit público a las CC AA. El secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, afirmó el pasado mes de marzo que el objetivo de déficit "no es negociable", y la propia vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, insistió en que los objetivos están para cumplirse y que son "irrenunciables".

El arma que tiene el Gobierno es muy clara: las CC AA que no cumplan los objetivos de déficit no contarán con la autorización para emitir deuda a largo plazo. Aunque, como siempre, el calendario electoral no ayuda, por las elecciones autonómicas y locales del próximo 22 de mayo, no queda más remedio que actuar ya para evitar un nuevo ataque especulativo contra la solvencia española si los mercados vuelven a dudar de nuestra capacidad de devolver la deuda. En estos momentos, las siete cabezas de la hidra de Lerna pueden ser las CC AA que se niegan a apretarse el cinturón.

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