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Tribuna:coyuntura nacional
Tribuna
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Precios, salarios y empleo: triángulo descompuesto

La información más relevante esta semana se ha dado en el ámbito de los precios: el IPC de noviembre y la Encuesta de Costes Laborales del tercer trimestre. La nota más destacada del IPC es que, tras ocho meses en zona negativa, la inflación anual ha pasado a positiva, un 0,3%. Además, la variación respecto a la tasa del mes anterior (-0,7%) ha sido muy importante, mucho más de lo que suelen ser las variaciones de esta tasa entre un mes y otro. Aunque el dato no ha sorprendido a los analistas, al haber coincidido prácticamente con las previsiones, seguro que para el ciudadano no experto sí que plantea unas cuantas preguntas interesantes: ¿a qué se debe este brusco cambio en un solo mes?, ¿se ha acabado el periodo de deflación?, ¿es bueno o malo?, ¿qué cabe esperar para diciembre y para 2010?

La inflación media anual de 2009 se situará en el -0,3% y en 2010, en el 1,6%
Son las subidas salariales excesivas las que hacen que las empresas echen a más trabajadores

El 90% del aumento de la inflación cabe atribuirlo al componente de productos energéticos, cuya tasa ha pasado de -6,6% a 1,9%. Fundamentalmente porque en noviembre de 2008 bajaron fuertemente los precios del petróleo respecto al mes anterior, mientras que ahora están subiendo. El repunte de la inflación de estos productos explica, a su vez, que el diferencial de inflación con la zona euro, que llegó a situarse en junio en casi un punto porcentual a favor de España, se haya reducido ahora a sólo una décima [gráfico superior derecho]. El IPC sin energía y alimentos no elaborados explica la otra décima parte del aumento de la inflación en este mes, al pasar su tasa interanual del 0,1% al 0,2%.

Pasar de una inflación negativa durante nueve meses a positiva no debe interpretarse como el fin de los temores deflacionistas, simplemente porque, en sentido estricto, nunca se pudo decir que la economía española estuviera en deflación. Las tasas negativas del IPC se debían a la caída del precio del petróleo, materia prima que no se produce en España y se importa. Pero la inflación subyacente no cayó a zona negativa y ahora parece apuntar moderadamente al alza. Por eso mismo no se puede decir que este cambio sea positivo. Al contrario. En mi opinión hubiera sido mejor para los bolsillos de los españoles que el petróleo se hubiera mantenido en los 40 dólares el barril de finales de 2008 en vez de los 75 dólares de ahora, aunque ello hubiera supuesto prolongar unos cuantos meses más la inflación negativa.

Las previsiones para los próximos meses apenas cambian [gráfico superior izquierdo]. Bajo el supuesto de que el precio del petróleo se mantenga aproximadamente en los niveles actuales, la inflación continuará al alza hasta el 0,9% en diciembre y 1,5% en el segundo trimestre de 2010. Ahí, o algo por debajo, se hubiera estabilizado en la segunda mitad de ese año. Ahora bien, en julio subirá el IVA y puede suponer un aumento progresivo de los precios durante tres o cuatro meses hasta completar cinco o seis décimas más de inflación, con lo que el año podría terminar rozando el 2%. Con ello, la media anual de 2009 se habrá situado en -0,3% y la de 2010, en el 1,6%. Medio punto por debajo evolucionará la inflación subyacente, que es la que definitivamente debería usarse para conformar las expectativas inflacionistas.

Respecto a los costes laborales, su aumento interanual por trabajador se situó en el tercer trimestre en el 3,3%. A su vez, y dado que las horas trabajadas cayeron un 0,8%, el coste laboral por hora aumentó un 4,2%. Estas subidas son claramente inferiores a las de trimestres anteriores, pero siguen siendo inexplicablemente elevadas en la actual coyuntura. ¿Alguien se ha parado a pensar cuántos trabajadores están ahora en el paro como consecuencia de estas subidas? Alguien dirá que las mismas se están compensando con aumento de la productividad. Pero eso no nos debiera dejar tranquilos. Son los aumentos salariales excesivos los que hacen que las empresas pongan a más trabajadores en la calle, subiendo de esta forma la productividad. El PIB generado por las empresas no financieras está cayendo, según la central de balances del Banco de España, hasta el tercer trimestre un 13,1% y los gastos de personal, un 1,1%, debido a la fuerte destrucción de empleo. Como consecuencia, el resultado ordinario neto se reduce un 21,8%, tras haber caído otro 22,1% en 2008. ¿Cómo van a invertir y crear empleo las empresas? Esperemos que todo eso se tenga en cuenta en las anunciadas reformas laborales.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).

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