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Reportaje:Economía global

Subidón de azúcar

La Comisión Europea estudia medidas para aumentar la oferta cinco años después de forzar la reducción de la producción en seis millones de toneladas

Hace solo cinco años la Comisión Europea imponía una reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) por la que se reducía la producción de azúcar entre 2006 y 2009 en casi seis millones de toneladas tras poner en marcha una política de rebajas de precios e incentivos para su abandono. La comisaria de Agricultura, la neoliberal Marian Fischer, calificaba la misma como un éxito. Hoy, los precios del azúcar se han duplicado y las industrias comunitarias, especialmente las ubicadas en países donde se produjo una mayor eliminación del cultivo, caso de España, tienen dificultades en el aprovisionamiento de materia prima en los mercados mundiales para atender las demandas de sus grandes clientes industriales. Las consecuencias las están pagando ya también los consumidores directos.

Las industrias se han visto forzadas a la compra de azúcar caro para el refino en terceros países

"La situación actual ha confirmado que se trataba de una estrategia arriesgada en cuanto supone poner en peligro los intereses no solo de los productores, sino también de los consumidores, y que va en contra de la propia esencia de la Política Agrícola Común", señala David Erice, de los servicios técnicos de Upa. "No tiene sentido que los ciudadanos comunitarios estén financiando la PAC y que, a la vez, deban soportar precios altos por productos alimentarios por una mala gestión de la misma".

El malestar por la situación se produce igualmente en el seno de las industrias Azucarera Ebro y de la cooperativa Acor ante las dificultades que existen para abastecerse del azúcar necesario para su demanda. A la reducción de la cuota de producción se suma en este momento la falta de oferta suficiente en los mercados exteriores y, sobre todo, la fuerte subida de los precios. Desde la industria se rechazan las acusaciones de estar acaparando azúcar para subir los precios, "cuando nuestro objetivo es tener materia prima para no perder clientes".

La reforma de la OCM del azúcar en 2005 se enmarca en la estrategia de la comisaria de reducir o eliminar los excedentes de azúcar, así como de otras producciones, para rebajar gastos y, en caso de déficit, adquirir esa materia prima más barata en los mercados exteriores. Esa estrategia supuso rebajar la cuota de más de 19 millones de toneladas en 2006 a solo 13,9 para 2009. Los procesos de reestructuración financiados por Bruselas supusieron eliminar totalmente el cultivo en Irlanda, Letonia, Eslovenia, Bulgaria y Portugal. El recorte superó el 50% en Grecia, Italia, Hungría y España; entre un 44% y el 50% en Finlandia y Eslovaquia; entre un 20% y un 25% en Alemania, Polonia, Bélgica, República Checa y Suecia; entre el 15% y el 20% en Francia, Lituania y Dinamarca, y, finalmente, entre un 10% y el 15% en Países Bajos, Austria y Reino Unido. Las superficies de cultivo pasaron en el mismo periodo de más de dos millones a 1,5 millones de hectáreas, mientras las fábricas se redujeron de 190 a solo 108 plantas.

España, con una demanda de azúcar de 1,2 millones de toneladas hasta la reforma de la OCM, disponía de una cuota de producción de 989.000 toneladas. Con la reforma, esa cuota se rebajó a solamente 498.000 toneladas. De ese volumen, 378.000 toneladas fueron asignadas a Azucarera Ebro y 120.000 a Acor.

En la última campaña, la producción azucarera española fue de unas 540.000 toneladas. En el conjunto de la Unión Europea la producción ascendió a 13,9 millones de toneladas de cuota, junto a otros 4,6 millones de toneladas fuera de cuota. Este año, a punto de finalizar la campaña de invierno en la zona del Duero, se espera que el volumen total supere ligeramente las 500.000 toneladas sumando la cosecha de la zona sur que se recoge en verano, cifra que no va a suponer ningún alivio para las necesidades de azúcar de las industrias.

Esta situación de ajustes en el marco comunitario ha coincidido con una serie de factores en el resto del mundo y que han dado lugar a una subida espectacular de los precios en los últimos 12 meses, al pasar de 450 dólares a unos 850 dólares por tonelada.

La primera y la razón más importante que ha provocado la situación actual ha sido el recorte en las producciones mundiales como consecuencia de las malas cosechas en algunos de los países productores más importantes, como son los casos de Brasil, India, China, Tailandia o la propia Unión Europea. Según los analistas del sector, en la actualidad la producción de remolacha azucarera en el mundo se mantiene casi en los mismos niveles que hace una década. Los incrementos de la oferta se basan especialmente en las producciones en las superficies de cultivo de caña azucarera en países como Brasil o India. Brasil es el país que tiene las mayores posibilidades para seguir aumentando sus producciones a los precios más competitivos. Sin embargo, la comercialización de ese azúcar a precios baratos choca con la falta de infraestructuras para su transporte hacia los puertos.

Esta reducción en la oferta ha coincidido con un incremento medio anual de la demanda en los últimos años del 1,7%. En los países más desarrollados, el consumo de azúcar directo en los hogares se halla a la baja. Sin embargo, se mantienen las ventas en el conjunto de la industria alimentaria o de las bebidas. Por el contrario, se está produciendo un fuerte aumento del consumo en países en vías de desarrollo africanos, asiáticos y de América Central y del Sur. Solo en China se espera que la demanda por persona pase de 7,1 kilos en 2001 a más de 40 kilos en 2020.

Las malas cosechas o el aumento de la demanda no han sido las únicas razones de este nuevo escenario. Una tercera causa de la subida de los precios se halla en las inversiones especulativas en el azúcar en los mercados de futuros, al igual que ha sucedido en otros mercados de materias primas para la alimentación animal o humana. Finalmente, el aumento de los precios del petróleo está impulsando el uso de la caña azúcar para la obtención de etanol en algunos de los países productores más importantes, como es el caso de Brasil, y a la vista de la situación en algunos de los países productores, todo indica que podría aumentar el uso de la caña para la obtención de productos energéticos. Un dólar barato supone una revalorización del real brasileño y, con ello, un aumento de los precios en el mercado internacional. En la evolución alcista de los precios del azúcar habría jugado igualmente a favor el hecho de que la UE haya pasado en tres campañas de ser exportador de azúcar a no operar en ese mercados.

De cara a los próximos años, las previsiones de los expertos son más optimistas. Se considera que el consumo puede crecer a un ritmo del 2% anual, mientras la producción lo haría en una media del 2,2%. En 2010 la producción estimada ha sido de 172 millones de toneladas, frente a un consumo de 169,2 millones de toneladas. En el horizonte de 2015 se espera que los precios tiendan a estabilizarse y que aumente el stock estratégico.

La industria española adquiere materia prima en Africa y América. En la imagen, caña de azúcar para refinado en unas instalaciones mexicanas.
La industria española adquiere materia prima en Africa y América. En la imagen, caña de azúcar para refinado en unas instalaciones mexicanas.BLOOMBERG

Apaños en Bruselas

Frente a la situación actual, la Comisión Europea maneja la posibilidad de poner en marcha en los próximos meses dos medidas. La primera ha sido dar luz verde la pasada semana a la comercialización en el mercado interior, sin penalización, de 500.000 toneladas de azúcar obtenido fuera de cuota. Esta medida dará salida a los excedentes de países como Alemania y, especialmente, de Francia. España podría acogerse con una pequeña cantidad, pero no ahora y siempre en función de la producción final que no se conocerá hasta el verano, cuando se recoja la cosecha del sur.

La segunda medida que estudia la Comisión es una autorización a importar otras 300.000 toneladas para refino de azúcar, eliminando el arancel de 102 euros por tonelada. Bruselas podría aplicar un sistema de subastas desde marzo.

Una tercera posibilidad, con la vista puesta en la próxima campaña, sería aumentar parcialmente la cuota de producción que hace cuatro años eliminó Bruselas.

En medios de la industria se estima, sin embargo, que el problema del azúcar en la UE no es solo quitar el arancel, sino los precios disparados de los mercados externos que responden incluso con más subidas a las iniciativas comunitarias. -

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