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Vuelve el 'business cicle'

Con el recrudecimiento de la crisis soberana del área euro como telón de fondo, las señales de desaceleración de la economía mundial han comenzado a emerger, y, con ello, se han encendido las alarmas acerca de una posible recaída global. Recientemente, la OCDE actualizaba sus perspectivas de crecimiento para la economía mundial y advertía de los riesgos a la baja derivados del potencial impacto de un encarecimiento estructural de las materias primas, de una contracción más intensa de lo esperado en Japón, de la desaceleración de otras economías avanzadas, lastradas por la consolidación fiscal, y emergentes, en las que algunas señales de recalentamiento comienzan a ser notables. Si bien, estas revisiones no han ofrecido grandes cambios respecto a la previsión de otros organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional o la Comisión Europea.

La aparición de señales de ralentización económica ha amplificado el movimiento defensivo en los mercados

Las referencias de actividad real conocidas hasta el momento, correspondientes al segundo trimestre de 2011, siguen mostrando un perfil de crecimiento positivo, pero la corrección global de los indicadores adelantados del ciclo económico, como la confianza empresarial, anticipa cierta pérdida de pulso durante los próximos meses y, en particular, de la actividad industrial que ha sido el motor de la recuperación.

También encontramos señales de enfriamiento en las mayores economías emergentes (Brasil, Rusia, India y China), en donde los bancos centrales han sido muy agresivos a la hora de incrementar los tipos de interés durante los últimos meses, especialmente en Asia y en algunos países de América Latina, mostrando también mayor tolerancia a la apreciación de sus divisas, con el fin de contener la inflación que en la mayoría de los casos se ha situado por encima de sus objetivos.

La aparición de las señales de ralentización ha amplificado el movimiento defensivo de los mercados que se ha iniciado con el resurgimiento de la crisis griega. Es llamativo cómo el episodio de aversión al riesgo vivido durante esta semana ha llevado el tipo de interés a dos años de Estados Unidos a mínimos históricos, y ha colocado las referencias a diez años en Alemania y, también en Estados Unidos, por debajo del 3%. Pero ¿podemos pensar en una recaída de la actividad? En nuestra opinión solo estamos ante una fase de desaceleración que es normal tras varios trimestres de fuerte crecimiento económico, motivado por el impacto de unas condiciones fiscales y monetarias que han sido extremadamente laxas.

El hecho de que la corrección en indicadores adelantados se esté concentrando en el sector manufacturero sugiere un deterioro asociado a la contracción de la actividad industrial en Japón (la producción industrial cayó un 15% mensual en marzo por el efecto del terremoto), y su efecto sobre el canal de producción global, y no a un deterioro estructural de las bases que han sustentado la recuperación económica.

No debe olvidarse que esta es una gran recesión como corresponde a una severísima crisis financiera, y las recaídas son de libro. Pero tampoco hay que olvidarse de ese antiguo compañero de viaje que es el business cicle que se produce cada pocos años en toda economía, aunque las grandes expansiones y las grandes recesiones lo enmascaren.

José Antonio Herce y Álvaro Lissón son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas

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