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Reportaje:economía global

La crisis de deuda llega a Alemania

Cuatro Estados federados atraviesan problemas presupuestarios críticos

Una cuarta parte de los Estados federados alemanes atraviesan problemas presupuestarios críticos. Berlín, Bremen, Sarre y Schleswig-Holstein deberán aplicar un plan quinquenal de ajuste financiero y regularizar sus cuentas antes de 2020. Lo propone así el Consejo de Estabilidad alemán, que se ha reunido esta semana en Berlín por tercera vez desde su fundación en 2010. El objetivo es cumplir con el llamado "freno de la deuda" recogido en la ley fundamental, que obliga a los Estados a suprimir el endeudamiento nuevo antes de que acabe la década. Es la primera vez que el Consejo, compuesto por el ministro federal de Hacienda, Wolfgang Schäuble, (democristiano de la CDU), y sus colegas regionales de los 16 länder alemanes, plantea medidas concretas para atajar el endeudamiento público en el país. Con la atención puesta en la crisis de deuda griega y en los problemas de Portugal e Irlanda, los alemanes ignoran a menudo los serios problemas financieros que acechan en su propia casa.

La deuda per cápita de Bremen es de 27.000 euros; la de Grecia, de 31.000
Los 'länder' afectados reciben 800 millones en fondos de consolidación

No es previsible, sin embargo, que la alarma que acaba de hacer sonar el Consejo vaya a traer consecuencias inmediatas a los länder. De hecho, su mala situación financiera se conoce desde hace años. En 2010, el pequeño Estado de Bremen se endeudó en 1.900 euros por cada habitante. En otros Estados como Baviera, el desfase no superó los 100 euros en el mismo periodo. El ministro de Hacienda bávaro, Georg Fahrenschon (CSU), comparó el lunes la "seria" situación de algunos Estados con los problemas de los griegos. La deuda per cápita de Bremen asciende a unos 27.000 euros, más que la de Grecia. Según cálculos del Deutsche Bank, ningún Estado federado pasó 2010 con las cuentas saneadas.

El Consejo de Estabilidad y los cuatro Estados negociarán hasta octubre un plan de acción para perseguir ese objetivo "a medio plazo". El problema es que Alemania, que en los foros europeos insiste en imponer severas condiciones de ajuste presupuestario para sus socios a cambio de los rescates financieros, tiene las manos atadas para domesticar la deuda de sus regiones. El Consejo de Estabilidad no tiene capacidad de sancionar a los länder más manirrotos. Tampoco se ha precisado aún qué tipo de medidas se plantea debatir. Se sabe, eso sí, que han de entrar en vigor a partir de noviembre.

El Gobierno y los demás länder han ofrecido a los cuatro Estados, así como a Sajonia-Anhalt, unos fondos "de consolidación" con los que deberían cortar el endeudamiento. Una de las tareas del Consejo de Estabilidad es controlar esos 800 millones de euros anuales presupuestados para la "consolidación" financiera de los Estados. Así, las duras condiciones que Alemania impone a sus socios en Europa no tienen correlato en la política financiera de puertas adentro. El fantasma de una "unión de transferencias" económicas (transferunion) asusta a la opinión pública cuando se trata de Europa. Hacia dentro, los responsables políticos argumentan que, dado que la República Federal de Alemania es una unión fiscal, los préstamos entre regiones son del todo legítimos. Las ayudas internas les salen baratas a los afectados. La única sanción posible es el hipotético recorte de las subvenciones de consolidación.

Los ingresos del fisco alemán han subido sustancialmente en los últimos 18 meses, gracias a la boyante situación económica de las empresas y a la disminución del paro. No obstante, la "montaña de deuda" de los Estados sigue aumentando a ojos vista. En total, los 16 länder alemanes suman más de 500 millones de euros de deuda. Es la mitad de lo que debe el presupuesto federal.

Dividido entre el total de sus habitantes, la suma de la deuda de los 16 Estados asciende a 6.344 euros por cabeza. Una suma moderada si se compara con los 27.000 euros que "debe" cada habitante de Bremen o los 17.500 que caerían sobre cada berlinés. La ciudad hanseática sufre un endeudamiento per cápita muy cercano al de los muy criticados griegos -31.000 euros-. Pero los Estados alemanes cuentan con la solidaridad del resto de la República. Una bancarrota de Bremen es impensable. Un estudio del Deutsche Bank delata que las subvenciones per cápita que percibe el Estado de Sarre cada ejercicio equivaldrían a más de 6.000 millones de euros anuales para Grecia.

Las diferencias entre los Estados alemanes vienen de muy largo. Tras la aplastante derrota de la II Guerra Mundial, las metrópolis del sur como Múnich y Stuttgart quedaron en la zona de ocupación estadounidense y se beneficiaron de la llegada de empresas y de mano de obra que escapaba de la zona de ocupación soviética. Las regiones industrializadas del norte y del centro, en cambio, confiaron en una industria y unas actividades mineras cuya obsolescencia obligó a los Estados a subvencionar las acerías, las minas y los astilleros para evitar despidos masivos. Es el caso de Bremen y Sarre. Schleswig-Holstein, por su parte, es una región agrícola con una economía tradicionalmente débil. Berlín es caso aparte, puesto que durante la guerra fría fue la perla mimada de ambos bandos. Cuando cayó el Muro, la ciudad carecía de industrias competitivas, lo que combinado con una nefasta gestión pública la abocó a su actual condición de "pobre, pero sexy" descrita por el alcalde Klaus Wowereit. De lo primero no cabe duda.

Schäuble ha impuesto planes de ajuste a los Estados con deuda y déficits elevados.
Schäuble ha impuesto planes de ajuste a los Estados con deuda y déficits elevados.REUTERS

Los cuatro 'länder' griegos

Los cuatro Estados federados en la picota llevan lustros presentando un endeudamiento crónico. Ahora, el Consejo de Estabilidad proporcionará a sus gobernantes dos tipos de ayuda para recortar la deuda. El primero, las ayudas económicas de los fondos de consolidación. El segundo, una buena excusa para aplicar la tijera echándole la culpa a otro. No es casualidad que sea Baviera, la locomotora económica del país, la que más insista ahora en el saneamiento de las arcas de los cuatro länder peor situados ante el déficit.

- Bremen. Es el farolillo rojo del endeudamiento alemán. Con 560.00 habitantes, es el land menos poblado y más pequeño de Alemania. Su endeudamiento alcanza los 27.000 euros por habitante. Si bien cuenta con un producto interior bruto muy superior a la media alemana, Bremen recauda pocos impuestos debido a que muchos de sus trabajadores residen en localidades contiguas de Baja Sajonia. En total, Bremen debe unos 18.000 millones de euros.

- Berlín. Cada berlinés "debe" 17.500 euros. Las arcas públicas no terminan de sanearse pese a los draconianos programas de recorte pactados por los socialdemócratas (SPD) y la izquierda (Die Linke), que gobiernan desde hace ya 10 años en la ciudad. Deuda total: 60.400 millones de euros.

- Sarre. Cada habitante de la región minera "debe" 11.374 euros. La deuda total asciende a 11. 600 millones de euros.

- Schleswig-Holstein. La deuda de Schleswig-Holstein por habitante alcanza los 9.536 euros. En total, el Estado federado vecino de Dinamarca debe 27.000 millones de euros.

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