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coyuntura nacional
Columna
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El empleo y el paro, mucho peor de lo previsto

Las estadísticas más significativas conocidas en la semana última fueron la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre y la ejecución presupuestaria del Estado y de la Seguridad Social hasta septiembre. Todo ello en un contexto expectante creado por las decisiones de la cumbre europea de la noche del miércoles.

Si los resultados de esta cumbre los medimos por el impacto en los mercados de valores, podríamos decir que la misma fue todo un éxito. Pero estamos acostumbrados a que las cosas en Europa nunca acaban de resolverse del todo y, una vez más, quedan muchas dudas de que las medidas, una vez que se detallen y se les ponga la letra pequeña, acaben con la crisis financiera. Desde luego, lo de Grecia no se resuelve solo con una quita del 50% de su deuda, así que el problema va a seguir ahí durante años. Si yo fuera griego, me saldría del euro y me pondría en manos del Fondo Monetario Internacional (FMI). En un par de años Grecia podría estar creciendo y recuperándose, como ha sucedido en otras muchas crisis anteriores de países diversos. Con el tratamiento actual dentro del euro, la economía de este país va a tardar mucho más en recuperarse y ser solvente.

El Estado mejorará su objetivo de déficit en torno a medio punto porcentual, igual que en 2010 Se acelera la destrucción de empleo en la construcción, el sector público y los servicios

La cuestión clave para el resto de la zona euro, y especialmente para España, es si con las otras medidas relativas a la actuación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y la recapitalización de los bancos, se logra establecer un cortafuegos efectivo que evite el contagio de la crisis de la deuda griega, de forma que se restablezca la confianza y vuelva a fluir la financiación a la economía. Y aquí es donde surgen las dudas. Primero, porque no sabemos cómo van a operar los nuevos mecanismos del FEEF (es increíble que se piense en buscar recursos en China cuando tenemos nuestro BCE que tiene capacidad ilimitada de proporcionar esos recursos) y, sobre todo, porque el saneamiento de los activos dañados de los bancos no se ha resuelto. En Europa se trata de los activos de la crisis de la subprime, y en España, de los del ladrillo. Mientras no se aborde este problema, a nuestras entidades les va a ser muy difícil levantar cabeza, financiarse en los mercados mayoristas y poder dar el crédito que necesita la economía. Es posible que esta recapitalización venga a empeorar las cosas en este sentido.

Las cuentas del Estado hasta septiembre muestran una intensificación de la tendencia a la baja del déficit, después de que este se estabilizara en los meses anteriores, según el indicador recogido en el gráfico superior izquierdo, que refleja la evolución de este saldo en sumas móviles de 12 meses. Es más, con poco que prosiga esta tendencia en los tres meses que faltan para completar el año, el Estado habrá mejorado su objetivo en torno a medio punto porcentual del PIB, al igual que sucediera en 2010. El problema es que esta mejora no será en absoluto suficiente para compensar las desviaciones del resto de administraciones públicas, especialmente de las CC AA. Para empezar, la Seguridad Social, que debía cerrar el año con un superávit del 0,4% del PIB, está ya en déficit, expresado este de la misma forma que el del Estado, es decir, en sumas móviles de 12 meses [gráfico superior derecho].

En cuanto a la EPA, una cifra lo dice todo: en un trimestre en que suele generarse mucho empleo por motivos estacionales (sin ir más lejos, en 2010 se crearon 69.900 puestos de trabajo), se han perdido 146.800 ocupados (236.800 en términos desestacionalizados, lo que supone una caída del 5,1% en tasa trimestral anualizada). Casi la mitad de la culpa cabe atribuirla a que el sector público, en plena faena del ajuste del déficit, no ha creado empleo este año, mientras que el año anterior en este trimestre creó más de 90.000 puestos de trabajo. La destrucción de empleo en la construcción también se acelera, y puede ser explicada por los fuertes recortes de la inversión pública. El resto de la culpa es el mal comportamiento de los servicios privados, a pesar de que el turismo ha ido muy bien. La pérdida de empleo y la práctica estabilización de la población activa hicieron que el paro aumentara (algo inusual en este trimestre) hasta superar los cinco millones (22% de la población activa) en términos desestacionalizados. Hay veces que uno querría cambiar de profesión y esta es una de ellas.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).

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