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Reportaje:Economía global

Las exportaciones, al rescate de España

Las ventas en el exterior recuperaron en 2010 niveles de crecimiento previos a la crisis

Los amortiguadores de un automóvil mitigan la violencia de los baches y devuelven al vehículo su estabilidad. Más o menos ese ha sido en 2010 el efecto del comercio exterior sobre la economía española. Con un crecimiento del 17,4% y 185.799 millones de euros en ventas, el sector exportador ha sido el único que ha recuperado los niveles previos a la crisis, según los datos publicados por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Y con una contribución del 1,1% al Producto Interior Bruto (PIB), ha aportado cierta estabilidad a una economía que terminó el año cayendo el 0,1%.

Con el consumo, las inversiones y el gasto público lastrados por el paro, la pérdida de poder adquisitivo, la escasez de crédito y la austeridad en las cuentas públicas, el comercio exterior estaba llamado a ejercer esa función de amortiguador. Y lo ha hecho. Sobre todo gracias a la recuperación de países compradores de productos españoles, pero también porque las empresas han sabido adaptarse a la situación; algunas dando por primera vez el paso de salir a vender fuera lo que no podían vender en casa y otras mejorando su competitividad, según explica Sara Baliña, profesora de la escuela de Finanzas Aplicadas de Afi.

Bienes de equipo y automóviles son los productos más exportados
El déficit energético supone dos terceras partes del déficit comercial total
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Las exportaciones crecen el 18,5% en el primer semestre del año

La Unión Europea (con Francia y Alemania a la cabeza) volvió a ser el primer destino de las exportaciones españolas, con el 67,7% del total, pero las ventas al resto de Europa, Asia y América Latina aumentaron más de un 20% con relación a 2009. El secretario de Estado de Comercio Exterior, Alfredo Bonet, destaca en este sentido que la diversificación geográfica es una prioridad para que el sector siga tirando del carro económico. Y es que, según la mayoría de las previsiones, la misión amortiguadora de las exportaciones va a tener que prolongarse al menos un par de años más.

¿Está preparada para ello la economía española? Tanto Bonet como Baliña creen que sí, pero existen retos y matices.

Baliña señala que el sector exterior será determinante, si bien no suficiente para provocar un crecimiento capaz de generar empleo. "Los servicios y el turismo se están recuperando. La construcción todavía tiene que cerrar su ajuste y de momento se tendrá que mantener la austeridad en el gasto público. En 2011 y probablemente 2012 las exportaciones serán las partidas que más crezcan, pero no se puede seguir dependiendo de ellas mucho más tiempo; España no es Alemania". Sin embargo, el modelo productivo que se pretende construir se basa en una economía más equilibrada en la que las exportaciones ganan peso frente al consumo y la inversión, y la preponderancia de la construcción desaparece. Para ello, según el secretario de Estado, "hay que apostar por exportar en los sectores de mayor valor añadido", lo cual parece ir en línea con los resultados de 2010: el 20,1% de las exportaciones correspondieron a bienes de equipo; el 16,1%, al sector del automóvil; el 15,3%, a productos químicos. "Se suele decir que la economía española es poco competitiva. Sin embargo, las empresas exportadoras son también las más productivas, a lo que se añade que poco a poco se está produciendo un ajuste interno en cuanto a costes y márgenes", dice Baliña. Respecto al cuarto sector que más exportó en 2010, los alimentos (15% del total), la analista considera que el sello de calidad español está contribuyendo a dinamizar las ventas.

La mejora de las exportaciones ha permitido que el déficit comercial (que creció el 4,2%) no se dispare por culpa de la subida de los precios de la energía. Los productos energéticos representaron el 18,5% de las importaciones, solo por detrás de los bienes de equipo (el 20%). El déficit energético supuso dos tercios del déficit comercial total, que llega al 4,9% del PIB. En conjunto, España importó bienes por valor de 238.082 millones de euros, un 14,2% más que en 2009.

También es destacable la disminución del déficit comercial con la UE, que ha pasado de 40.000 millones en 2007 a 4.000 millones en 2010. La atención se dirige ahora a otras regiones del mundo. El Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX) tiene en marcha los llamados planes integrales de desarrollo de mercados para fomentar el comercio con varias economías emergentes, además de EE UU.

Uno de ellos se centra en los países del Golfo, sobre los que pende desde hace varias semanas la amenaza de revueltas populares para derrocar a sus líderes. Bonet admite que existe temor ante la inestabilidad, mala compañía para los negocios, pero afirma que las relaciones comerciales más significativas se concentran en los Emiratos Árabes Unidos y Qatar, donde los riesgos son menores. "Estamos muy pendientes de lo que ocurre, pero los planes siguen adelante. En Egipto ahora tenemos varios proyectos en stand by, pero confiamos en que la cooperación pronto siga funcionando muy bien con ellos", explica.

Baliña dice que las exportaciones españolas tienen un "peso relativo" en los países islámicos donde hay o podría haber revueltas (las mayores ventas, en Marruecos, solo representan el 1,9% del total). Pero advierte de que el problema es la inflación importada: "Si los precios del petróleo siguen aumentando, también seguirán subiendo los costes de producción en España, obligando a un ajuste cada vez mayor". Más baches para unos amortiguadores que hasta ahora aguantan; esperando, eso sí, que alguien refuerce pronto el firme de la carretera.

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