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Columna
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El paro ya es una crisis social

En menos de una semana se han confirmado los peores augurios respecto a la evolución del empleo en España. El viernes 28 de octubre, el Instituto Nacional de Estadística publicaba la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre de 2011, y el jueves 3 de noviembre, el Ministerio de Trabajo difundía los datos de paro registrado en el Instituto Nacional de Empleo (Inem) del mes de octubre. Ambas cifras coincidían en situar la tasa de desempleo en el 21,5%; es decir, que más de uno de cada cinco españoles en edad laboral no encuentra trabajo.

La EPA sitúa la cifra de parados a final de septiembre en 4.978.300 personas, mientras que el INEM los cifra en 4.360.926 en octubre. Ambas cifras son demoledoras (es más representativa la de la EPA) y parecen confirmar que España camina hacia una segunda recesión en menos de dos años. Además, la destrucción de empleo continuará, con toda seguridad, durante dos o tres trimestres más, por lo menos. No es exagerado afirmar, por tanto, que la crisis laboral se ha convertido ya en una crisis social y que, o se toman medidas urgentes, o pasaremos muy pronto a una situación insostenible en nuestro país.

El nuevo Gobierno debería convocar a todos los partidos para negociar un pacto por el empleo
Por primera vez desde la Guerra Civil, una generación vivirá peor que la anterior

La confirmación de los malísimos datos de empleo coincide, además, con el inicio de una campaña electoral en la que la situación económica y social de España va a ser el principal caballo de batalla. De hecho, en el único debate electoral que se celebrará entre los candidatos de los partidos mayoritarios, Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy, la economía y el empleo ocuparán más de un tercio del tiempo concedido a cada candidato. Veamos algunos datos:

- El número de parados en España se ha multiplicado por dos desde que se inició la crisis financiera mundial, en otoño de 2007.

- La tasa actual de paro (21,5% de la población activa) es la más alta desde 1996.

- En el total de la UE hay 22 millones de parados, de los que 16 pertenecen a los países del euro, y 5 millones, a España.

- Tres de cada 10 parados no reciben prestación por desempleo.

- La tasa de desempleo entre los menores de 25 años supera el 45%.

- Hay 1.425.200 hogares en España en los que todos sus miembros están en paro.

- Los afiliados a la Seguridad Social siguen bajando en octubre, hasta las 17.360.313 personas.

La lista podría ampliarse hasta entrar en detalles por comunidades autónomas, provincias, sectores económicos o edades, aunque todos los datos confirman la gravedad de una situación que afecta a cinco millones de personas y que acaba con las esperanzas de los más jóvenes. Por primera vez desde la Guerra Civil española, una generación vivirá peor que la anterior. Los jóvenes españoles no tienen posibilidad de encontrar trabajo y eso que nunca como ahora han estado tan bien preparados. Y, lo que es peor, la Organización Mundial del Trabajo (OIT) vaticinó la semana pasada que la crisis del empleo seguirá hasta 2016 en toda Europa.

En su informe, la OIT pone, además, el dedo en la llaga respecto al futuro del empleo en Europa: las medidas de austeridad y los ajustes fiscales en Europa están impidiendo el crecimiento económico y, por tanto, están limitando la creación de empleo. Este tema volvió a ser motivo de debate el viernes en la reunión del G-20 en la ciudad francesa de Cannes. Estados Unidos insistió en que hay que evitar la segunda recesión económica y que, para ello, hay que adoptar medidas de impulso económico, aunque se mantenga el ajuste fiscal a medio y largo plazo.

Pero volvamos a España. La madrugada del jueves al viernes pasados se inició la campaña electoral, con la crisis y el paro como asuntos centrales de la confrontación política. Sin embargo, de una lectura rápida de los programas presentados se deduce que ningún partido se ha atrevido a plantear políticas concretas para cambiar la tendencia de destrucción de empleo en la que nos encontramos. PP y PSOE hacen referencia a avanzar en la reforma laboral y a subvenciones y ayudas para la creación de empleo, pero se echa en falta un planteamiento de fondo sobre el problema y su solución.

La verdad es que mientras no haya un crecimiento económico sostenido no se volverá a crear empleo en España. Y para que eso suceda es necesario recuperar la confianza y el crédito. Por tanto, el primer paso que debería dar el nuevo Gobierno es cerrar ya la crisis financiera que afecta a bancos y cajas de ahorros en España.

Además, el nuevo Gobierno debería convocar a todas las fuerzas políticas, sociales y económicas para iniciar las negociaciones para un "pacto por el empleo" en España. Allí se deberían plantear las reformas laboral y de la negociación colectiva; la compaginación de los ajustes fiscales necesarios para cumplir con la estabilidad presupuestaria, con las políticas de estímulo al empleo; y las reformas estructurales que se han quedado a medias, entre otros temas.

La situación no es sostenible y corremos el riesgo cierto de que la crisis social que se ha generado por el paro degenere en algo peor. No podemos seguir perdiendo el tiempo.

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