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Crónica:CARTA DEL CORRESPONSAL / Nueva York | Economía global
Crónica
Texto informativo con interpretación

Con título, pero en la ruina

"Felicidades, promoción de 2011", proclamaba el pasado verano el humorista Conan O'Brien ante los recién licenciados de la Universidad de Darmouth en un memorable discurso. "Con vuestro diploma tendréis una enorme ventaja sobre el 8% de la población activa que no tiene un título universitario: hablo de perdedores que abandonaron los estudios, como Bill Gates, Steve Jobs o Mark Zuckerberg. La vida no es justa".

El chiste era un ejemplo llevado al extremo de un debate candente en Estados Unidos: ¿es verdaderamente necesario ir a la Universidad para labrarse un porvenir? Hace un tiempo no muy lejano, el esfuerzo que hacía una familia de clase media para costear los estudios de sus hijos salía a cuenta. Incluso con tres. Y cuando no se tenían ahorros, se recurría a la hipoteca.

En EE UU, muchos se cuestionan si vale la pena ir a la Universidad
Un título carísimo ya no garantiza un empleo bien pagado
Las deudas pueden convertirse en una pesadilla para los licenciados

Era como un seguro para proteger a los hijos en una sociedad donde la desigualdad no deja de crecer. La recesión ha aumentado la inseguridad laboral. Y si a esto se le suma el miedo a que el Tío Sam no tenga dinero para pagar las pensiones o el alto coste del seguro médico, la ansiedad por un título crece. Al menos para los padres que buscan mantener a sus hijos en la clase media.

En las escuelas de élite de EE UU, como Harvard, Princeton o Yale, la matrícula media anual ronda los 55.000 dólares, por encima de los 46.000 del salario medio. Pero sus estudiantes tienen más fácil que el resto recuperar el coste cuando entran en el mundo laboral. Dependiendo de la carrera, el salario de partida va desde los 49.400 dólares para los licenciados de Brown hasta los 123.000 de Dartmouth.

Eso es para los privilegiados. Los salarios suelen ser una tercera parte más bajos cuando uno se gradúa fuera de la Ivy League (asociación de ocho de las universidades privadas más prestigiosas de la Costa Este), y entonces esa inversión puede convertirse en una pesadilla de seis dígitos. Por eso cada vez más voces cuestionan si en las condiciones actuales es necesario pagar tanto por las matrículas. Es el caso de Peter Thiel, cofundador de PayPal y uno de los primeros inversores en Facebook, que lanzó una beca de 100.000 dólares para estudiantes que dejaran la Universidad y se embarcaran en crear una empresa.

Las escuelas de negocios de Estados Unidos han visto días mejores. Reciben un aluvión de críticas por emborrachar a los estudiantes con mensajes que les llevan a endeudarse bajo la promesa de un salario millonario. Con el coste de la matrícula cada vez más alto, tampoco es de extrañar que algunos estudiantes abandonen el sistema educativo estadounidense, se saquen el pasaporte y busquen formarse en el extranjero. Otros son más creativos y acuden a Internet, a portales como sponsormydregree.com, para pedir fondos con los que costearse sus estudios.

Pero hay algo preocupante en las estadísticas de la Gran Recesión. El Institute for Financial Literacy señala que cada vez son más las personas con estudios universitarios que no pueden pagar sus deudas, y no se refiere únicamente a la acumulada en los estudios. Son el 30% de todas las bancarrotas.

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