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La gran banca consume la mitad del colchón anticrisis en un año

Las provisiones inmobiliarias han acelerado el desgaste de las reservas - En los últimos tres años las entidades han utilizado 20.000 millones

Íñigo de Barrón

Los bancos y cajas de ahorros se comen las reservas y se encienden las alarmas. La crisis avanza y la despensa de provisiones genéricas (las que sirven para pagar el impacto de los morosos sin tocar la cuenta de resultados), se está quedando en los huesos. Entre septiembre de este año y el mismo mes de 2009, las grandes entidades han gastado 6.059,93 millones, lo que supone el 51,73% de lo guardado. Todavía conservan 5.654,42 millones. "En los tres últimos años, desde que comenzó la crisis, las entidades han reconocido, vía cuenta de resultados, el deterioro en los activos por más de 40.000 millones, a la vez que han usado otros casi 20.000 millones de provisión genérica que habían acumulado desde el año 2000", declaró la pasada semana el subgobernador del Banco de España, Javier Aríztegui. Es decir, la factura de la debacle inmobiliaria ha supuesto un impacto de 60.000 millones. Una fortuna.

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El uso de las provisiones genéricas tiene una parte positiva y otra negativa. Lo bueno es que si no se hubiera creado ese colchón en los tiempos alegres (un invento del Banco de España alabado ahora por los supervisores internacionales) la cuenta de resultados debería haber soportado ese gran golpe y quizá alguna entidad ya estaría en pérdidas, como les ha ocurrido a sus colegas europeos. Es cierto que se crearon para situaciones apuradas como esta, el problema es que no se previó que hubiera una crisis tan prolongada. La mala noticia es que si los gestores se han gastado esos 6.000 millones es porque no han tenido más remedio, lo que indica que afrontan 2011, el año más difícil de la crisis (según coinciden los propios ejecutivos), casi a pecho descubierto. No hay que olvidar que el cuarto trimestre traerá malas noticias y quemarán otra buena parte de las reservas. Por eso, las provisiones genéricas son el mejor termómetro para comprobar cómo afecta la crisis a bancos y cajas y no deja de ser una mala noticia para el Banco de España, ya que anticipa problemas de solvencia para el sector.

Todos los responsables financieros que han presentado los resultados del tercer trimestre han culpado a la nueva normativa antiladrillo del fuerte consumo de las provisiones genéricas. Uno de los casos más llamativos ha sido el del Santander. La nueva circular que ha entrado en vigor este trimestre le ha supuesto una factura de 472 millones, aunque la entidad lo ha cargado contra los beneficios, con lo que ha mandado un mensaje de fortaleza y de que es necesario conservar las provisiones por lo que pueda pasar en 2011. De las entidades analizadas, el Banco Pastor y Bancaja están en situación más apurada ya que han gastado casi todas sus reservas. Además, no es oro todo lo que reluce: las entidades no pueden agotar su despensa porque el supervisor les exige conservar un mínimo, del que están cerca las dos entidades citadas y Caja Madrid.

"Cuanto más usen estas reservas será peor porque les costará mucho tener capacidad para generar ingresos y volver a dotarlas ya que vienen tiempos de márgenes a la baja", comenta Joaquín Maudos, miembro del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y profesor de la Universidad de Valencia. Entre los analistas se vaticina un cuarto trimestre desastroso, no solo en las cajas, por cierto, para intentar afrontar 2011 con un balance más saneado.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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