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El informe íntegro de S&P sobre España

Texto en español de la nota en la que la agencia de calificación rebaja la solvencia de España dos grados

Resumen

- Standard & Poor's rebaja el rating de largo plazo al Reino de España en dos escalones, a 'A' desde 'AA-', y el rating de corto plazo a 'A-1' desde 'A-1+'.

- La rebaja refleja nuestra opinión sobre el impacto de la profundización de los problemas políticos, financieros y monetarios dentro de la Unión Económica y Monetaria Europea (Eurozona), con la que España está fuertemente integrada.

- La rebaja también refleja nuestra visión sobre los riesgos de financiación externa para el sector privado, que creemos podrían limitar el crecimiento y obstaculizar los esfuerzos del gobierno para reducir el déficit fiscal.

- La perspectiva sobre el rating de largo plazo es negativa.

Acción de Rating

Más información
Standard & Poor's da un hachazo a los países del euro

El 13 de enero de 2012, Standard & Poor's Ratings Services rebajó los ratings de largo y corto plazo al Reino de España a 'A/A-1' desde 'AA-/A-1+'. Simultáneamente, los ratings abandonan la situación de CreditWatch con implicaciones negativas, donde fueron situados el día 5 de diciembre de 2011. La perspectiva es negativa.

Nuestra valoración sobre transferibilidad y convertibilidad para España, así como para todos los miembros de la Unión Económica y Monetaria Europea (Eurozona), es 'AAA', reflejando la opinión de Standard & Poor's de que la probabilidad de que el Banco Central Europeo restrinja el acceso de los no-soberanos a divisas para atender el servicio de la deuda es extremadamente baja. Esto refleja el acceso total a divisas que disfrutan actualmente los tenedores de euros, que esperamos se mantenga en el futuro.

Argumentación

La rebaja refleja nuestra opinión sobre el impacto de la profundización de los problemas políticos, financieros y monetarios en la Eurozona. También refleja nuestra visión sobre las presiones sostenidas a las que se enfrenta el sector privado para acceder a financiación externa.

Los resultados de la cumbre de la Unión Europa del 9 de diciembre de 2011, así como las declaraciones de los responsables políticos en fechas sucesivas, nos llevan a pensar que el acuerdo logrado no ha producido un cambio de la suficiente magnitud y amplitud como para abordar de forma completa los problemas financieros de la Eurozona. En nuestra opinión, el acuerdo político no provee suficientes recursos adicionales o flexibilidad operativa para reforzar las operaciones de rescate europeas, o para proporcionar suficiente apoyo a aquellos países de la Eurozona sujetos a mayores presiones de los mercados.

También creemos que el acuerdo se basa en un reconocimiento únicamente parcial del origen de la crisis: que las actuales turbulencias financieras se derivan ante todo de los desequilibrios fiscales en la periferia de la Eurozona. En nuestra opinión, sin embargo, los problemas financieros de la Eurozona son, en igual medida, una consecuencia de los crecientes desequilibrios exteriores y de las divergencias en competitividad entre el núcleo de la UEM y los países que se ha venido en llamar 'periféricos'. Como resultado, pensamos que un proceso de reformas basado únicamente en el pilar de la austeridad fiscal tiene el riesgo de provocar su propio fracaso, provocando una caída de la demanda interna asociada a la preocupación creciente de los consumidores por la estabilidad del empleo y la renta disponible, erosionando así los ingresos fiscales nacionales.

En consecuencia, y en línea con nuestros criterios públicos de rating para gobiernos soberanos, hemos ajustado a la baja la puntuación (score) del riesgo político asignada al Reino de España (ver "Sovereign Government Ratings Methodology and Assumptions," publicado el 30 de junio de 2011). Este ajuste es un reflejo de nuestra opinión de que la eficacia, estabilidad y previsibilidad de las decisiones políticas y de las instituciones europeas (en las que España está integrada) no ha sido tan fuerte como pensamos que sería necesario, dada la severidad y profundidad de la crisis financiera en la Eurozona.

Además de nuestra opinión sobre factores políticos, rebajamos los ratings sobre España porque opinamos que los costes de financiación externa del país pueden mantenerse en niveles elevados durante un período de tiempo dilatado debido a unas necesidades brutas de financiación externa significativamente altas. Estos mayores costes se derivan de: factores específicos al país; cambios regulatorios; y un mayor sesgo hacia los mercados locales, en nuestra opinión.

Como factores específicos al país, vemos en particular desequilibrios estructurales entre ahorro e inversión, altos niveles de deuda externa a corto plazo, y una carga de amortizaciones concentrada en la primera mitad de 2012.

Los cambios regulatorios incluyen la expectativa de aumentos en las exigencias de reservas de capital de los bancos para respaldar sus carteras de valores y sus colocaciones interbancarias, y la incertidumbre respecto a la efectividad de los credit default swaps (CDS) como instrumentos de cobertura (ver párrafo 76 de nuestros criterios de rating de soberanos "Sovereign Government Rating Methodology And Assumptions".

Los ratings de España siguen estando apoyados en nuestra opinión sobre su economía rica y relativamente diversificada, las reformas estructurales en marcha, y su moderada (aunque creciente) deuda neta. Adicionalmente, aunque es de esperar que el aumento en costes de financiación provoque un aumento en la carga de intereses, la subida del tipo de interés medio de la deuda viva del gobierno español no ha supuesto hasta ahora una carga de magnitud significativa sobre su presupuesto, en nuestra opinión.

Perspectiva

La perspectiva negativa refleja nuestra opinión de que hay al menos un tercio de posibilidades de rebajar de nuevo los ratings en 2012 o 2013. Podríamos rebajar los ratings de nuevo si:

- Se retrasan tanto la reforma laboral como reformas en otros ámbitos necesarios para fomentar el crecimiento, o bien consideramos que dichas reformas son insuficientes para reducir la elevada tasa de desempleo;

- Vemos que el gobierno no toma medidas adicionales para cumplir en términos generales sus objetivos presupuestarios en 2012 y 2013, con déficits del 4.4% y el 3% del PIB, respectivamente; o

- Una mayor presión del sector privado nos lleva a reevaluar el desempeño fiscal del gobierno, particularmente si dicha presión conlleva una mayor necesidad de inyecciones de capital por parte del Estado o intervenciones similares.

Por el contrario, los ratings se podrían estabilizar en el nivel actual si se cumplen los objetivos presupuestarios y si disminuyen los riesgos que emanan de las obligaciones contingentes.

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