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La reestructuración financiera

Un intento de esquivar el golpe

El examen perjudicaría a parte de la gran banca europea

Íñigo de Barrón

Nunca es agradable recibir un balazo, pero no es lo mismo sufrirlo en el pie que en la cabeza. La postura de Francia, Alemania y España de tratar de rebajar el nivel de exigencia de capital en unas futuras (y terceras) pruebas de solvencia es un intento de esquivar un duro golpe a sus mayores entidades, al corazón de sus sistemas financieros.

La Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) lanzó un globo sonda en el que proponía un examen del sector financiero aplicando un recorte de valoración en los balances del 60% en la deuda griega, del 40% en la portuguesa e irlandesa y del 20% en la italiana y española. Con esta premisa, el Commerzbank y el Deustche Bank (líderes de Alemania), el gigante francés Société Générale y Bankia y La Caixa, los dos bancos de cajas más grandes de España, están entre las entidades más necesitadas de capital. Además, el número uno de Italia, Unicrédito, encabezaba la lista, otro problema para Berlusconi. Con este listado en sus manos, se explica que Merkel, Sarkozy y Zapatero intenten presionar a la EBA para que modifique los parámetros. No parece una misión imposible. Según fuentes financieras, la EBA recibe consejos que no suele desobedecer desde Berlín.

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Tras los dos exámenes practicados hasta ahora, Miguel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, siempre ha destacado que "las entidades sistémicas" no caían; es decir las que pueden hacer tambalearse al sistema de pagos, la columna vertebral de la economía. Por eso salvaron a Dexia hace unos días y por eso cualquiera puede darse cuenta del terremoto que podría ser exigir a Bankia que consiga 6.000 millones de capital. O que La Caixa levante 3.500 millones en un mercado financiero completamente cerrado. La entidad presidida por Rodrigo Rato acaba de estrenarse en Bolsa con enormes dificultades para captar 3.400 millones, por lo que sería prácticamente imposible que doble esa cifra. Las posibilidades de éxito de la entidad catalana son mayores por sus mejores ratios de capital y por el valor de su grupo industrial, pero también es como pedirle que suba el Everest sin oxígeno.

Otro que aparece en la lista es el Banco Popular, en proceso de opa sobre el Pastor. La operación ya exige capital adicional, por lo que se complicaría más si tiene que apelar con prisas a los mercados. También estarían necesitadas de capital Novacaixagalicia y CatalunyaCaixa, ambas nacionalizadas. ¿Qué sentido tiene pedirles más capital si son del Estado? Los dos más grandes pasarían sin problemas: el BBVA con unas necesidades menores, y el Santander, limpio.

Sin embargo, no se pueden hacer tortillas sin romper huevos. Es decir, si se quiere recapitalizar la banca, alguien tendrá que sufrir. Y más si además se prohíbe repartir dividendos y bonus a los que reciban dinero. Aunque, como dicen los expertos, no dejaría de ser curioso que se castigue a la banca española por la deuda (sin problemas graves) y no por los créditos al ladrillo, verdadero cáncer del sistema. A ver por dónde sale el disparo.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.
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