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ITALIA | Los problemas del mercado laboral

Una maraña de fórmulas precarias y el controvertido 'cococó'

Italia realizó su última reforma laboral en 2003, durante el anterior Gobierno Berlusconi. La ley Biagi, llamada así en honor del economista Marco Biagi, asesinado en 2002 por las Nuevas Brigadas Rojas, introdujo una docena de nuevos contratos, sobre todo precarios y temporales. La ley creó el trabajo compartido, en el que dos trabajadores se reparten las horas a conveniencia; reguló tres formas de aprendizaje para mayores de 15 años y menores de 29, incorporó el contrato de integración, que permite trabajar 18 meses a jóvenes y parados de larga duración con vistas a entrar en la administración, y el trabajo accesorio, destinado a "excluidos sociales o en riesgo de serlo".

La medida más discutida fue el contrato de obra, llamado Colaboración Coordinada y Continuada, popularmente conocido como cococó. La fórmula, que parecía defender los derechos de los jóvenes, ha sido distorsionada por las empresas, y los sindicatos afirman que agudiza la precariedad y la ausencia de derechos. En todo caso, la reforma global se ha revelado inútil cuando ha llegado la crisis económica: la tasa de paro juvenil en Italia supera el 26%, tres veces más que la media nacional (8,6%).

Más información
La crisis lastra el empleo de los jóvenes europeos

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