Las organizaciones agrarias inician una campaña en defensa de la leche española

Organizaciones agrarias de carácter general y sectorial han puesto en marcha una campaña en defensa del consumo de leche de procedencia nacional frente a la leche importada que ya viene envasada desde el exterior o que se importa a granel y posteriormente se vende como leche española. En esta línea, las organizaciones reclaman a los consumidores que antes de elegir comprar una marca determinada lean el origen del producto y que luego decidan en libertad.

Para el sector, la leche española no debería ser más cara que la importada y tampoco tiene una calidad más baja. Las organizaciones acusan a la gran distribución de aplicar en el mercado español unos márgenes más reducidos a las marcas propias que los aplicados en otros países comunitarios. Igualmente denuncian que para vender más marca blanca de la distribución mantienen unos elevados márgenes en los productos con marca de las empresas.

El objetivo de las organizaciones agrarias es que se desarrolle un plan de trazabilidad por el que, con la letra Q como referencia en el envase, en todo momento el consumidor pueda saber el origen y todo el proceso seguido en la elaboración de un cartón de leche. En la actualidad es posible traer leche importada y envasarla en España bajo la sigla ES, junto al código del fabricante.

España tiene una producción de leche de sólo seis millones de toneladas, frente a una demanda entre leche fresca y productos derivados de unos nueve millones de toneladas. En los últimos meses, la existencia de grandes excedentes en otros países comunitarios se ha traducido en una invasión de leches baratas del mercado español con graves perjuicios para los ganaderos nacionales.

La caída de los precios de la leche ha provocado diferentes movilizaciones de los ganaderos en los últimos meses. A principios de este mes, el sector salió a la calle en Galicia y el mes pasado, las organizaciones Coag, Upa y Asaja y las cooperativas congregaron a miles de ganaderos en Madrid, que reclamaban además la existencia de créditos baratos para evitar el cierre de explotaciones.