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El parón del mercado inmobiliario arrastra a la industria auxiliar

Caen las ventas de ladrillos, cemento, pintura, muebles y electrodomésticos

Pintar las paredes de un piso nuevo de 80 metros cuadrados requiere, de media, unos 90 kilos de pintura. Cada piso de esas dimensiones tiene instalados entre 30 y 40 enchufes e interruptores. Sumando la cocina y el baño, suele contar con seis grifos. El frigorífico, la cocina y la lavadora son los electrodomésticos básicos, pero es habitual tener también un lavavajillas. A mucha gente le gusta además colgar unas cortinas. Más necesario es hacerse con un sofá, mesas, camas, armarios... Es posible encontrar anuncios para equipar una casa entera de muebles baratos con 2.000 euros, pero la estadística dice que el nuevo propietario se deja entre 6.000 y 9.000. Cada piso que se deja de construir en España -en 2006, se superaron las 700.000 viviendas, para este año la previsión no supera las 200.000- es un agujero en la cartera de pedidos de estas empresas.

El subsector del baño y la cocina sufre caídas de ventas del 20%
"A los pequeños talleres les será difícil subsistir", según una patronal
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El poder de arrastre de la crisis inmobiliaria es extraordinario. Las bajadas de ventas de los proveedores oscilan entre el 15% y el 20%: el consumo de cemento cayó un 14,5% hasta marzo, el de electrodoméstico un 18,5% y los vendedores de muebles apuntan un descalabro de hasta el 50% por estas fechas.

"Estamos absolutamente perdidos. De acuerdo, se ha roto la curva. Pero la parada ha sido sorprendente. Tampoco es lógico no vender ningún piso; es anormal", reflexiona Xavier Torra, director general de Simon Holding, uno de los mayores fabricantes de pequeño material eléctrico que hay en el mundo, y que ingresa al año 340 millones de euros vendiendo enchufes, lamparitas o interruptores.

Es un año plagado de incertidumbres y de malos augurios. "Si desaparece un 20% de los promotores, a nosotros se nos va un 20% de posibilidades de venta", recalcó Héctor Colonques, presidente del grupo Porcelanosa, tras aliarse con el grupo inmobiliario Onofre Miguel para compartir sus redes de comercialización y "echarle imaginación en estos momentos difíciles para el sector".

Las grandes empresas con presencia en distintos países sacan pecho y capean mejor el temporal. "El sector cerámico exporta el 56% de la producción. Junto a Italia y China, España se cuenta entre los mayores productores, de modo que el parón de la obra nueva en España se compensa", afirma un portavoz de la asociación española de fabricantes de azulejos y pavimentos cerámicos (Ascer).

Quien tiene metido el miedo en el cuerpo es el pequeño empresario cuyo negocio ha nacido y crecido al calor de la construcción, convertida en locomotora del crecimiento económico español de los últimos años.

"En España existen aproximadamente 250 fabricantes de pintura de muy pequeño tamaño, con una media de entre tres y cinco empleados, cuya producción se centra en pintura plástica económica dirigida a la construcción", señala José Farrés, presidente de la asociación española de fabricantes de pinturas, además de consejero delegado de Industrias Titán. "Estos fabricantes son pequeños talleres, no están afiliados a la asociación y verán reducido su mercado de una forma directa. Les será difícil subsistir", añade. Las cifras globales de la patronal que preside, que también reúne a fabricantes de pintura para automóvil, construcción naval o bricolaje, diluyen los efectos de la crisis inmobiliaria. En 2007 vendieron un 9,5% más que el año anterior. Pero 2008 será "un año de no crecimiento".

El presidente de la patronal del ladrillo y la teja Hyspalit, Noé Román, explica que 2007 fue un buen año para el sector: facturó 1.500 millones de euros, un 4% o 5% más que el año anterior. Pero, según sus números, la caída de los tres primeros meses del año ha sido de un 20%, sobre todo en las zonas costeras. Y a partir del verano cree que la crisis inmobiliaria empezará a repercutir en el empleo.

La desaceleración, con aumentos de precios y del paro, desinfla al consumidor. "La confianza del comprador se resiente por la ralentización", constata Alberto Zapatero, director de la patronal de fabricantes de electrodomésticos de línea blanca. En el primer trimestre, las ventas cayeron un 18,33% sobre los primeros tres meses de 2007. La caída en el caso de los frigoríficos fue del 24%; la de las cocinas, un 23%. Pero eso es un trimestre: en marzo, el último mes del que hay datos, la cosa se puso peor, con caídas superiores al 30% y hasta del 40% en frigoríficos y secadoras.

"Vemos con preocupación que los clientes particulares que antes gastaban quizá con exceso ahora están posponiendo gastos como pequeñas reformas de la casa, aunque creemos que la situación cambiará", comenta un portavoz de la asociación catalana de industrias del parqué.

Todos los indicadores apuntan a la baja en el primer trimestre. El consumo de cemento cayó un 14,5% hasta marzo. La producción de las plantas se contrajo un 12%. El sector de los materiales de construcción reculó un 15%. "Las ventas en muchas de nuestras tiendas está cayendo un 50% respecto de los niveles del año pasado por estas fechas", explica José Sánchez Tofiño, presidente de la asociación de empresas de comercio de muebles de la Comunidad de Madrid, que el año pasado ya sufrió un descenso de ventas, que se limitó al 10% por el notable comportamiento del primer trimestre.

Francesc de Paula Pons, secretario general de Confemadera y Federmueble, confía en que la internacionalización del mueble de madera y la carpintería ayude a paliar las dificultades, junto a la apuesta por la rehabilitación de viviendas o la moda de los suelos de madera en zonas donde no se estilaba como Andalucía, Extremadura o Valencia. "Pero es cierto que en el subsector del baño y la cocina asistimos a caídas del 20%", dice.

Rosa Remolà, presidenta del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Barcelona, considera que estos profesionales, pese a la caída del visado de viviendas, no se quedarán en el paro. Pero aconseja actuar: "Seguimos perdidos en el diagnóstico permanente de la situación. Hace falta pensar en soluciones".

Madera en una fábrica de puertas de Villacañas (Toledo).
Madera en una fábrica de puertas de Villacañas (Toledo).ÁLVARO GARCíA

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