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MERCADO INMOBILIARIO

El precio de la vivienda en EE UU sufre la mayor caída en 20 años por la crisis

Un acta de la Reserva Federal desvela la gravedad de la crisis y provoca el desplome de Wall Street

El sector inmobiliario sigue mostrando claros síntomas de deterioro en Estados Unidos. El precio de la vivienda registró en el segundo trimestre una caída anual del 3,2%, según el índice elaborado por Standard & Poor's. A esta cifra, la peor en los últimos 20 años, se le sumó otro mal dato en el índice de confianza del consumidor y la publicación del acta del último comité ejecutivo de la Reserva Federal, que desvela su preocupación por la gravedad de la crisis y por "un deterioro mayor de las condiciones financieras". Un cóctel demasiado indigesto para Wall Street, que cayó un 2,1%.

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Los expertos consideran que el índice elaborado por Standard & Poor's es el más completo para tomar la temperatura al mercado de compraventa de casas en EE UU. El estudio compila datos sobre las adquisiciones de viviendas familiares en 37 Estados (la falta de fuentes y la diversidad de regulación impiden extender la encuesta a los 50 Estados), además de hacer estudios específicos sobre las grandes áreas metropolitanas del país.

Los resultados publicados ayer son los peores desde que se comenzó a elaborarse esta estadística, en 1987. A la caída del índice nacional en el segundo trimestre (un 3,2%), hay que añadir que los precios bajaron en cinco de las veinte grandes áreas metropolitanas, con Detroit encabezando la lista con un descenso anual del 11% en el segundo trimestre.

El banco de inversión, que elabora este informe junto a la firma Case Shiller, dice no ver en este momento un punto de inflexión en el mercado inmobiliario. Sin embargo, desde UBS, se destaca que la caída de precios empieza a ralentizarse, aunque reconocen que los problemas en el mercado de crédito tras la crisis financiera de este mes, crean un obstáculo añadido a la recuperación. De ahí que augure que el valor de la vivienda seguirá bajando hasta un 10% para final de 2007.

Los estadounidenses no son ajenos a estos problemas, como reflejan los últimos indicadores de confianza. El optimismo de los consumidores hacia el comportamiento de la economía sigue erosionándose, como revela el último informe del Conference Board, que baja este índice a los 130 puntos, ocho menos que en julio. Este descenso se atribuye en parte al estallido de la doble burbuja hipotecaria e inmobiliaria en EE UU. Si se incluyen las expectativas sobre el futuro, el indicador refleja la mayor caída desde los estragos ocasionados por el huracán Katrina, hace precisamente un año.

"La volatilidad en los mercados y los problemas en el negocio de las hipotecas de alto riesgo están afectando al ánimo de los consumidores", afirmó Lynn Franco, director del Conference Board, que también atribuye esta caída en la confianza a un deterioro en las condiciones para hacer negocio y en el mercado laboral. Sin embargo, Lynn deja claro que mientras el índice esté por encima de los 100 puntos, "no hay riesgo de recesión".

Estos datos alimentaron las caídas en las Bolsas europeas, con descensos entre el 1% y el 2%. En Wall Street, sin embargo, fue la publicación del acta de la última reunión comité ejecutivo de la Reserva Federal lo que precipitó las ventas y provocó un desplome del 2,1%. "No se puede descartar un deterioro mayor de las condiciones financieras", reza el documento hecho publico ayer sobre la reunión del 7 de agosto, en una clara referencia a las turbulencias en el mercado crediticio.

Riesgo para la economía

Diez días después, la Fed respondía con una rebaja de medio punto en el tipo de descuesto, la tasa que se aplica a los préstamos que concede a los bancos. Aún así, consideró entonces que la inflación seguía siendo su principal preocupación.

El acta de la Reserva Federal sirve de ventana a Wall Street para conocer que pasó por las mentes de los miembros del comité de política monetaria. En esa reunión, el banco central optó por mantener los tipos en el 5,25% aunque cambió de forma sustancial el lenguaje de su comunicado para lanzar el mensaje al parqué de que era consciente de las turbulencias financieras y garantizar que actuaría si hay un riesgo para la economía.

El presidente de la Fed, Ben Bernanke, dará un discurso el viernes sobre vivienda y la política monetaria, durante el que podría dar algunas pistas a Wall Street sobre la estrategia que seguirá para contener la crisis y evitar que se desparrame al resto de la economía. Los analistas de los grandes bancos de inversión consideran que la Fed debe bajar tipos para evitar una recesión en su próxima reunión, el 18 de septiembre.

Las presiones para que se tenga en cuenta el impacto de la crisis financiera en la decisión sobre los tipos de interés también planea sobre el Banco Central Europeo. La autoridad monetaria de la zona euro tomará la palabra el próximo 6 de septiembre. En principio, el BCE había anticipado una subida de los tipos del 4% al 4,25%, pero el lunes el presidente del organismo, Jean-Claude Trichet, dio un paso atrás y dijo que la decisión no está tomada.

El BCE anunció ayer que Trichet expondrá ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo el próximo 11 de septiembre su visión sobre la crisis de las hipotecas de alto riesgo, sólo cinco días después de que la autoridad monetaria se pronuncie sobre la subida de tipos.

El Partido Socialista Europeo también propuso ayer que el Parlamento de la UE aborde está cuestión en un debate monográfico.

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