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La prima de riesgo de España marca un nuevo máximo desde la entrada en el euro

La desconfianza sobre la deuda de España aumenta por la división en el BCE.- El Ibex modera las pérdidas tras el cambio de signo de Wall Street

La desconfianza de los inversores sobre la deuda pública española ha llevado a la prima de riesgo del país a marcar un nuevo máximo histórico a primera hora de la mañana en 170 puntos básicos. Tampoco han ido del todo bien las cosas en la cotización del euro, que ha marcado un nuevo mínimo en los últimos cuatro años en 1,21 dólares. En las Bolsas, sin embargo, el cambio de tendencia en Wall Street de por la tarde ha permitido moderar las pérdidas a este lado del Atlántico. Hasta hoy, el nivel más alto que ha alcanzado la prima de riesgo, que mide el diferencial entre los intereses que debe pagar España por su deuda a 10 años con los bonos alemanes, de referencia, se alcanzó a principios de mayo, cuando tocó los 164 puntos básicos justo antes de la aprobación del multimillonario fondo de emergencia de hasta 750.000 millones para ayudar a los países del euro con problemas de déficit y la entrada en liza del Banco Central Europeo con la compra de bonos.

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Sin embargo, la rebaja de la nota de calidad de España anunciada el viernes por Fitch en un peldaño hasta AA+, que llegó cuando las Bolsas ya estaban cerradas pero con los mercados secundarios de deuda en marcha, ha reavivado con fuerza la presión sobre los bonos españoles. En apenas tres jornadas, este indicador, que tiene una relación directamente proporcional a las condiciones de financiación de las administraciones, ha aumentado en 20 puntos básicos.

Así, mientras a España los inversores le exigen una rentabilidad del 4,29% por sus títulos a 10 años, a Alemania le piden un bajo 2,5%. La diferencia también se ha visto ampliada en esta jornada por el aumento de la demanda de los bund alemanes ya que su condición de valor seguro le hace muy atractivo en los actuales tiempos de volatilidad y dudas sobre la marcha de la economía. La razón, la división de opiniones en el seno del BCE sobre la política de compra de bonos. El Instituto emisor ha destinado ya un total de 35.000 millones de euros a la adquisición de deuda pública de los países miembros de la zona euro, según informó ayer la entidad. Y sin embargo, las compras se han desacelerado y varios miembros del consejo aseguraron ayer que el eurobanco "debe dejar de adquirir deuda pública lo más rápidamente posible", explicaron Mario Draghi y Axel Weber, precisamente los dos máximos candidatos a suceder a Jean-Claude Trichet en la presidencia del BCE.

De hecho, hoy, los malos datos del sector manufacturero en Asia y Europa se han sumado a las perennes incertidumbres sobre la crisis fiscal de la eurozona y la pérdida de valor del euro para tirar hacia abajo de las principales Bolsas del Viejo Continente por la mañana. No obstante, tras el giro en Wall Street, que ayer estuvo cerrado y que hoy se ha dado la vuelta a la hora de la apertura por los buenos datos industriales en Estados Unidos, ha permitido moderar los descensos. También en el Ibex. Así, tras llegar a ceder un 3,36% y poner en riesgo el nivel de los 9.000 puntos al inicio de la sesión, el selectivo español ha logrado frenar su caída hasta cerrar con un recorte dl 0,64%, con lo que mañana abrirá en 9.299 puntos. En el resto de Europa, Francfort ha subido un 15% mientras Londres, que ayer también estuvo cerrado, y París se han dejado un 0,48% y un 0,13%. Milán, por su parte, ha ocupado hoy el farolillo rojo con un descenso del 1,35%.

El impacto de la crisis en la banca

Con sus valores repartidos a partes iguales entre el rojo y el verde, el sector financiero en bloque ha copado junto a Telecinco (4,8%) y Sacyr (4,77%) los mayores descensos. En su contra pesaba el informe del BCE conocido ayer que calcula en 195.000 millones de euros el coste para las entidades españolas del recrudecimiento de la crisis fiscal. A ello se ha sumado a media tarde la advertencia de S&P sobre Caja Madrid y las rebajas de calificación por parte de Fitch al Sabadell, aunque su cotización apenas se ha resentido con un recorte del 0,63%, la CAM, Bancaja y el Banco de Valencia.

Ante este panorama, Santander y BBVA han acabado la sesión cayendo un 1,48% y un 1,43%, en cualquier caso bastante menos que las caídas superiores al 3% y al 4% que registraban a media sesión. También han sufrido las energéticas arrastradas por el desplome de BP. Telefónica, de su lado, lograba darse la vuelta, a las 16.45 subía un 0,5%, lo que sumado a las subidas de Iberia (4,1%) e Iberdrola Renovables (1,9%) ayudaba al conjunto del índice a pugnar por entrar en verde.

En lo que va de año, el Ibex 35 ha perdido un 21%. Es decir, más de un quinto del valor que acumulaba en enero por el desbordamiento de los problemas de deuda en Grecia y su extensión a los países del euro con más déficit, especialmente a Portugal y España. Ayer, los coletazos en el mercado de la rebaja de Fitch dio la puntilla a la Bolsa española para que mayo se vaya con una caída del 10,8%, el peor registro desde la caída de Lehman en otoño de 2008.

Récord de negociación

La volatilidad sufrida a lo largo de mayo se ha dejado notar también en el volumen de negociación, que ha marcado un récord en los últimos dos años con 118.206 millones de euros, un 56% más que hace un año, y 4,37 millones de operaciones, un 76,5% por encima de su nivel de mayo de 2009. La entrada y salida constante de los inversores ante los fuertes movimientos que ha sufrido la Bolsa en este periodo explica el máximo. Además, también llama la atención que el mercado de Derivados haya registrado un récord de negociación en los futuros sobre el Ibex, lo que está relacionado con el aumento de las posiciones en corto.

El sentimiento negativo sobre España obedece al elevado endeudamiento, a las incertidumbres relacionadas con el sector bancario y a los niveles de paro, pero sobre todo a las dudas que despierta el horizonte de crecimiento a medio plazo de la economía española, condenada -al menos por los inversores- a un largo periodo de estancamiento. Y esas dudas se trasladan al conjunto de la eurozona: a diferencia de Grecia y Portugal, los países más señalados por la crisis fiscal, el tamaño de la economía española aumenta el peligro sobre el conjunto de Europa. "La situación de España, que mantiene una nota muy alta, es diferente de la de Grecia, cuya calificación es mucho más baja, lo que refleja también diferencias en la magnitud y naturaleza de su problema fiscal", dijo ayer el vicepresidente, Lucas Papademos. "La economía española reúne casi todos los requisitos posibles como para que los mercados la penalicen", resume Pablo Guijarro, de AFI.

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