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La crisis del euro

Las pruebas de solvencia son más duras con la banca española que con la europea

Los activos de riesgo y la morosidad pesarán más en sus cuentas

Íñigo de Barrón

Todo lo que hace Europa es fruto de la tensión política. La Autoridad Bancaria Europea no es una excepción. Este organismo de nueva creación, cuya misión es acabar con la desconfianza sobre la banca en la mayor crisis del euro, no ha sido ajeno a los intereses de los países. Al final, para contentar a unos y otros, publicará mañana un examen complejo y con varias notas finales, lo que añadirá confusión al mercado.

Las entidades españolas no han sido las mejor paradas en esos debates. Por un lado, sufren el rigor tradicional del Banco de España, que se refleja en la elevada cifra de activos ponderados por riesgo (APR), que indican la posible morosidad futura. Por otro, la autoridad europea ha supuesto que los impagados en España en 2012 serán el doble que en Reino Unido o Alemania.

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El resultado de ambas circunstancias castiga al capital, que es el objetivo de estas pruebas. Las entidades que no alcancen el 5% de core capital (capital de máxima calidad) en unos hipotéticos escenarios de recesión, tendrán que captar lo que les falta entre inversores o pedirlo al Estado. Para calcular esta ratio se ha supuesto que el coste de financiación se duplicará y que las entidades no ahorran costes.

Los APR se calculan según la naturaleza del crédito. Es decir, no pesa lo mismo un crédito hipotecario, uno empresarial u otro al consumo. Cuanto más riesgo tengan, más suben los APR y más cae el capital.

"El problema es que el supervisor español es mucho más estricto que el de otros países de la UE", comenta un experto del sector. Así, "entidades dos y tres veces más grandes que las españolas tienen menos activos de riesgo. ¿Cómo es posible?", se preguntan. Incluso los bancos de inversión, originadores de esta crisis por su arriesgada actividad, tienen menos activos problemáticos.

Además, las entidades españolas no podrán contar con las provisiones anticíclicas, creadas por el Banco de España para los tiempos de crisis. Las grandes entidades -Santander, BBVA, La Caixa y Bankia- sí podrán utilizar una parte de estas provisiones anticíclicas por excepciones de la regulación contable. Otro tema de debate ha sido la dificultad para usar como capital los bonos convertibles en acciones. Para el Santander sí contará, pero no para el BBVA, por las fechas de emisión.

En las pruebas sí se contabilizará el fondo de rescate de las cajas que lo han pedido, aunque no lo hayan recibido. Para Bankia (que no será examinada sino su matriz, el Banco Financiero y de Ahorros) y Banca Cívica, se computará la cantidad más baja que pueden obtener con la salida a Bolsa.

El formato de las pruebas de solvencia es de gran complejidad, por lo que el supervisor prepara un nuevo documento para facilitar la comparación con las de julio de hace un año.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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