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La recesión hunde el servicio de correos en Estados Unidos

US Postal cierra oficinas y reduce las entregas a domicilio

We deliver for you (Entregamos por ti). Es el lema que preside las camionetas de US Postal Service, el servicio postal estadounidense, para recordar a los clientes que están ahí para cumplir con el servicio público que avanzó Benjamin Franklin. Dos siglos después, la situación es crítica. La mensajería privada, el correo electrónico y la recesión le obligan a cortar servicios de una manera drástica para tener dinero con el que operar.

Hasta no hace mucho, la compañía postal convivía en armonía con UPS y FedEx. Aún hoy ofrece un servicio a bajo coste para los clientes a los que no les importa esperar dos o tres días a que sus cartas vayan de costa a costa en un país que es un continente. Aunque si se quiere que el envío llegue antes de las 10 de la mañana del día siguiente, se paga prima.

La entidad arroja pérdidas pese a ingresar más que sus competidores

Los ingresos de US Postal Service ascendieron el año pasado a 74.900 millones de dólares (51.920 millones de euros), el doble que los de FedEx y por encima de los 51.400 millones (35.630 millones de euros) facturados por UPS. Pero el servicio está hundido en pérdidas, y su situación financiera es tan preocupante que aparece citada en la lista de agencias problemáticas que elabora la oficina contable del Gobierno.

No sólo se le escapa negocio hacia compañías privadas e Internet. La recesión también le está pegando fuerte, por la caída de la publicidad que se envía por correo ordinario. Para este año se espera que los envíos caigan a 175.000 millones de unidades, un 13,7% por debajo al total de 2008. Es el descenso mayor desde la Gran Depresión y los expertos temen que no sea capaz de recuperar el volumen que manejaba antes de la crisis.

Los problemas financieros, dice el último informe de la oficina de contabilidad, son "serios y significativos", de tipo estructural. Puesto en números, eso se traduce en un agujero de 4.852 millones de euros para el ejercicio fiscal en curso, que acaba en septiembre. Las medidas adoptadas para intentar frenar estas pérdidas, como elevar el precio de los sellos, no son suficientes.

La conclusión de esa oficina no deja lugar a interpretaciones: "Todas las políticas de la agencia, desde la paga a empleados, pasando por los días de entregas, hasta el cierre de oficinas, deben estar sobre la mesa". Para los supervisores de las cuentas públicas en Washington, "si no se producen cambios mayores llegará un día en el que US Postal sea incapaz de pagar las facturas".

Así que la única alternativa que tiene para romper con esta espiral y evitar quedarse sin efectivo es consolidar sus operaciones. Y eso pasa por cortar servicios a sus clientes, cerrando en una primera fase un millar de las 32.700 oficinas dispersas por el país y reduciendo las entregas a domicilio. Es decir, menos correo llegando a casa y menos opciones para ir a recogerlo. En la transformación del servicio público, el Congreso de EE UU está considerando un cambio legal sobre la manera de financiarse.

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