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La reordenación energética y la crisis se llevan 27.000 millones en inversiones

El recorte de las empresas puede disparar los precios a medio plazo

Se cosecha lo que se siembra. Simple. En términos generales, la afirmación sirve lo mismo para el tomate que para kilovatios o barriles de petróleo. Productos de calidad, en cantidad suficiente para atender la demanda, a precios asequibles y que dejen beneficios razonables al productor sólo son posibles con planes de inversión adecuados. Antes de recoger, sembrar. Pero nada es tan sencillo. En el sector energético nacional, la siembra prevista en los próximos años -léase inversión- se va a reducir en más de 27.000 millones de euros. El equivalente a la suma del presupuesto previsto en 2009 en España para Justicia, Defensa, Seguridad Ciudadana y Política Exterior.

Una mezcla de factores, que van desde la crisis económica internacional a la pura especulación, pasando por apuestas empresariales internacionales y su poquito de política han provocado el anuncio de importantes recortes en la inversión prevista por las compañías.

Enel -el flamante propietario italiano de Endesa- ha anunciado que la compañía reducirá sus inversiones en un 45% entre 2009 y 2013. De 24.400 millones de euros a 13.500 millones. Gas Natural ha adelantado que la tijera, tras la fusión con Unión Fenosa, limitará la inversión en el periodo 2008-2012 de los 21.000 millones previstos en la suma de planes de ambas empresas a una cantidad de entre 11.000 y 13.000 millones. Y Repsol ha explicado que la coyuntura aconseja "adecuar" las apuestas hasta 2012 en un 9%, de 32.700 a 29.800 millones.

El recorte en la inversión prevista ha desatado las alarmas. Los expertos señalan que cuando la demanda energética se recupere, el sistema energético se puede enfrentar a cuellos de botella que dispararán los precios.

El presidente de Repsol y del Club Español de la Energía, Antonio Brufau, se hizo eco del peligro en el IV Foro Euromediterráneo de la Energía. Fue secundado por la secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera. Le siguió el conseller de Economía catalán, Antoni Castells: "La crisis no puede ser la excusa para no hacer las inversiones que necesitamos". El ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) Rodrigo Rato, aludió a las consecuencias de la caída de las inversiones energéticas en combinación con el auge de las compañías nacionales energéticas.

Lo que algunos analistas apuntan, con la dosis justa de malicia, es que el recorte de inversiones en el sector energético está directamente relacionado con dos hechos: los cambios de titularidad en las empresas y la salida de las constructoras del accionariado de Endesa (Acciona vendió a Enel con plusvalías de 1.850 millones) y de Unión Fenosa (salida de ACS con plusvalías de 2.300 millones).

El análisis de los más suspicaces señala que los señores del ladrillo han recogido la cosecha que sembraron con semillas prestadas (créditos apalancados por la banca) y ahora, buena parte del terreno quedará en barbecho. Los nuevos propietarios de las empresas energéticas no quieren arriesgar capital en una coyuntura más que desfavorable. Los precios de la próxima cosecha son una cuestión lejana.

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