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El temor a que la crisis financiera se agrave en EE UU castiga las Bolsas

El Ibex cae casi el 3% y encabeza las pérdidas en Europa - La Reserva Federal dice que los peores efectos del riesgo inmobiliario están por llegar

El seguidismo tiñó ayer las bolsas de todo el mundo de rojo. Como si de una larga fila de fichas de dominó se tratara, el cierre negativo de Wall Street el lunes, pesimista tras los malos resultados de las dos principales hipotecarias del país Fannie Mae y Freddie Mac, empujó a la baja a los selectivos asiáticos. Tras ellos, la onda llegó a las bolsas europeas. El Ibex 35 español no escapó: se dejó en el parqué el 2,93% con las constructoras y los bancos encabezando las pérdidas.

Wall Street no ve el fondo a la crisis, y ni los datos económicos ni los resultados empresariales ayudan a aplacar los miedos que dominan el parqué y se extienden por todas las Bolsas como una mancha de aceite. Miedos que se reflejaron en el desplome de Fannie Mae y Freddie Mac, y a los que puso voz el vicepresidente de la Reserva Federal, Richard Fisher. "Lo peor del mercado inmobiliario está todavía por venir", sentenció.

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El grado de incertidumbre es enorme respecto al futuro de estos dos gigantes hipotecarios, que podrían ser nacionalizados. Y en el parqué tienen claro que no se saldrá del agujero hasta que aflore toda la deuda oculta en las carteras de las grandes entidades financieras. JP Morgan Chase cree que Lehman Brothers anunciará provisiones por valor de 4.000 millones de dólares en el tercer trimestre. La aseguradora AIG se vio arrastrada.

A la corrección inmobiliaria en EE UU parece que le queda un trecho, lo que complica la ecuación. Las nuevas construcciones de vivienda cayeron un 11% en julio, hasta su nivel más bajo desde 1991, y las peticiones de nueva obra un 17%, lo que según los analistas es el reflejo de que el mercado no se estabilizará hasta, como pronto, final de este año. Esto, sin embargo, puede ayudar a reducir inventarios.

El consumo, mermado por el alza de la gasolina y los alimentos, deja peores resultados empresariales, como los de Home Depot. La cadena especializada en productos para la mejora del hogar ha registrado un beneficio un 24% menor en el segundo trimestre. Fisher dice que es pronto para hablar de pico en la inflación, pero lo cierto es que los precios en la cadena de producción subieron en julio al 9,8%, su nivel más alto en 27 años.

La caída de la Bolsa de Nueva York fue como un boomerang: empezó en EE UU el lunes y después de contagiar a casi todo el mundo, volvió a casa ayer. La doble tensión del lado del crecimiento y de la inflación provocó que el Dow Jones volviera a perder terreno en una jornada muy volátil, dominada por el pesimismo, que se saldó con más del 1% de pérdidas. Fisher dejó claro que la Fed hizo su trabajo para preservar el crecimiento y actuará si el alza de precios no se contiene, para evitar males mayores en el futuro. La ansiedad es evidente en el banco central de EE UU, aunque tiene difícil hacer algo concreto antes de las elecciones presidenciales de noviembre.

Casi todos los valores que conforman el Ibex 35 español lucían números rojos. Pero fueron Cintra, FCC y Ferrovial las peor paradas. Las tres constructoras perdieron más del 5% de su valor, contagiadas por las malas noticias estadounidenses.

Al sector financiero tampoco le fue ajena la mala jornada. La mayoría ya arrastraba bajadas del día anterior, después de que el Banco de España diera a conocer un ratio de morosidad del 1,70%, el doble que hace un año. Banco Popular, el más perjudicado ayer, cerró cerca de los 6,88 euros por acción, un 7,30% menos que el pasado viernes.

Incluso el euro volvía a brillar menos ayer. Su cambio con respecto al dólar marcó un mínimo en seis meses, al llegar a situarse en los 1,463 dólares. Su cotización, aunque todavía elevada, dista bastante de los 1,60 dólares a los que llegó en abril. Los analistas explican que el debilitamiento del crecimiento de la zona euro, con una contracción de la economía incluso en Alemania, está rebajando la moneda europea.

El inversor alemán ha visto la depreciación del euro como una oportunidad que se une al menor precio del petróleo este mes (que ayer volvió a las subidas, con un alza del 1,5% hasta los 113,6 dólares). El dato de confianza del inversor germano de agosto se situó en los 55 puntos, un 8,4% más que en julio, cuando se registró el peor dato de su historia.

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