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Nerviosismo en los mercados

La tormenta hipotecaria en EE UU pone a prueba las Bolsas esta semana

Los datos macroeconómicos pueden forzar un cambio de rumbo en la autoridad monetaria

Muchos corredores de Bolsa van a justificar el sueldo esta semana. EE UU, epicentro de la tormenta hipotecaria que se ha abatido sobre los mercados, va a publicar una serie de datos sobre la evolución de la economía del país que serán cruciales para contener o disparar el miedo al derrumbe bursátil en todo el mundo. Los precios, el índice de confianza de los consumidores, las ventas comerciales y los permisos de construcción en marcha apuntalarán las Bolsas o ahondarán la crisis. Con los bancos centrales preparados para actuar de nuevo, la Reserva Federal podría verse obligada a cambiar de rumbo.

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Wall Street afronta una semana complicada. A los problemas de liquidez vinculados a la crisis de las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos se le suma una oleada de datos macroeconómicos que pueden elevar aún más la ansiedad en el mercado y obligar a la Reserva Federal (Fed), banco central estadounidense, a cambiar su política monetaria, como advierten los grandes bancos de inversión, que dan por descontado que habrá al menos dos bajadas de tipos de interés de aquí a mediados de 2008.

El gran temor en este momento en el parqué es que la recesión en el sector de la vivienda y el deterioro en el mercado de crédito acaben afectando al consumo privado, del que dependen dos terceras partes del crecimiento económico en EE UU. Las ventas en el sector comercial, que se publican hoy, serán el primer indicador que seguirán de cerca los inversores para determinar los daños colaterales por el estallido de esta doble burbuja. Brian Bethune, de la firma de analistas Global Insight, explica que los consumidores "se están mostrando muy cautos" ante tanta incertidumbre. "Estas condiciones de la economía en general van a mantener el incremento del gasto bastante bajo hasta bien entrada la segunda mitad del año", augura.

La moderación en el ritmo de creación de empleo y el alza en la tasa de paro en julio, al 4,6%, crean, además, dudas sobre el comportamiento futuro de la economía. Por eso Bethune no descarta que este cúmulo de problemas vaya a tirar a la baja de la confianza entre los consumidores estadounidenses. El dato de confianza se publicará el viernes.

Día clave

Pero el día clave será el jueves, cuando se publicarán los datos de vivienda iniciada y de permisos para nuevas construcciones. La previsión es que caigan de nuevo, en torno a un 4%, debido a que los indicadores de confianza entre los constructores se encuentran en este momento en su nivel más bajo desde enero de 1991, lo que les impide embarcarse en nuevos proyectos. Por lo general, el mercado de la vivienda sigue metido en un espiral descendente. La débil demanda se está viendo potenciada por unas condiciones más severas por parte de los bancos para poder acceder a las hipotecas.

La Reserva Federal dijo la semana pasada que le preocupa más en este momento el riesgo que plantea la inflación a la salud de la economía que la amenaza de entrar en una recesión por el impacto de la crisis en los negocios de la vivienda y el hipotecario.

La Fed quiere pruebas sólidas de que se moderan los precios para poder bajar los tipos de interés. Tendrá más datos esta misma semana. El miércoles se conocerá la evolución de los precios en julio. La previsión es de un aumento de una décima en el índice general y de dos décimas en la inflación subyacente, que excluye energía y alimentos frescos.

Ante este panorama incierto, el mercado de bonos de Chicago da un 75% de posibilidades a que el recorte de tipos llegue en septiembre, desde el 5,25% actual. Sin embargo, los expertos señalan que mientras crece el temor al desplome de los mercados financieros, algunos de los datos macroeconómicos que se esperan esta semana, como el de la producción industrial, no serán tan malos como para considerar un drástico cambio de la política económica en general. Aunque advierten de que la semana será volátil.

Jan Hatzius, analista de Goldman Sachs cree que el mercado empezará a estabilizarse a lo largo de la semana siempre que no haya grandes sorpresas del lado negativo. Y explica que su banco de inversión mantiene intacta su previsión de crecimiento para el segundo semestre y arranque del próximo año (en torno al 2% del PIB) porque parte de la convicción de que "las actuales turbulencias en el mercado financiero pasarán más pronto que tarde".

Como telón de fondo están aún frescas las palabras del presidente estadounidense, George Bush, quien dijo que hay suficiente liquidez para permitir a los mercados una "corrección". Bush mostró también su oposición a que el Gobierno conceda ayudas a aquellas personas con dificultades para hacer frente al pago de sus hipotecas, aunque reconoció que se hará una lectura "flexible" del programa federal de hipotecas para personas con escasos recursos económicos.

Imagen de la Bolsa de Nueva York el pasado viernes.
Imagen de la Bolsa de Nueva York el pasado viernes.REUTERS

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