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Reportaje:

El vicio renta más que la religión

El fondo que invierte en alcohol y sexo bate a los 'espirituales' en los mercados norteamericanos

David Fernández

El inversor con inquietudes religiosas, éticas o medioambientales dispone cada vez de más fórmulas para gestionar su dinero sin remordimientos. Los fondos que se rigen por determinados valores para operar en Bolsa proliferan en el mercado estadounidense, y ya existen productos católicos, musulmanes, verdes o socialmente responsables. Pero las convicciones salen caras. La rentabilidad de este tipo de productos palidece ante el alto rendimiento que ofrece el llamado Fondo del Vicio, un producto que coloca el dinero en empresas políticamente incorrectas. Las tabaqueras, la producción de alcohol, la industria del sexo y los casinos figuran entre los sectores a los que destina su capital.

Un fondo ultracatólico descarta invertir en Pfizer por desarrollar anticonceptivos

Unir la rentabilidad terrenal y la acumulación de méritos para asegurarse la vida eterna ya es posible. Ahora bien, para aquellos que no crean mucho en el paraíso, lo más lucrativo es darse a los placeres mundanos. Aunque se peque. La industria de la inversión colectiva, sobre todo en EE UU, ha descubierto un jugoso nicho de mercado al relacionar inversión y moral. En los últimos años se han diseñado numerosos productos financieros que, además de buscar la mayor rentabilidad, aseguran cumplir determinados preceptos religiosos, éticos o medioambientales.

En el mercado ya existen fondos para católicos, musulmanes, presbiterianos, menonitas, evangélicos, verdes, socialmente responsables e incluso para votantes del Partido Demócrata (invierten sólo en compañías que hacen más del 50% de sus donaciones electorales a esta formación política). Esas instituciones cuentan con comités encargados de delimitar aquellas compañías que cumplen los principios de la opción espiritual a la que dicen representar. Sólo esas empresas serán objeto de inversión y el resto quedarán descartadas.

El problema de estos fondos, especialmente en el caso de los religiosos, es el modesto rendimiento que ofrecen, factor que alimenta el pecado de caer en la tentación. En la tentación del vicio, se entiende. Mientras que la revalorización de los fondos religiosos en los últimos 12 meses está por debajo del comportamiento del índice S&P 500 (11,7%), el reverso de la moneda, el Vice Fund, renta casi un 21%. Este fondo, cuyo patrimonio supera los 440 millones de euros, centra su inversión en todo aquello que rechazan los gestores religiosos: tabaqueras, industria del sexo, productores de bebidas alcohólicas, gestoras de casinos y un largo etcétera vinculado a lo políticamente incorrecto.

Los analistas consideran que el éxito del Vice Fund radica en que invierte en compañías de corte defensivo. O dicho de otra forma, los consumidores pecan incluso en épocas de crisis económica. "No importa lo que haga el mercado. La gente seguirá bebiendo cerveza, fumando y jugando a las cartas", asegura Dan Ahrens, fundador del Vice Fund, a la agencia Bloomberg. Los valores que más pesan en la cartera del fondo son Altria, BAT -ambos fabricantes de cigarrillos- y Diageo, firma de bebidas alcohólicas. También participa de forma importante en Harrah's Entertainment, el segundo operador de casinos de EE UU. No en vano, las acciones relacionadas con el juego parecen a prueba de recesiones. El índice que engloba a todas aquellas compañías cotizadas de Las Vegas bate al S&P 500 desde hace siete ejercicios.

Uno de los puntos débiles de este tipo de fondos, tanto religiosos como ateos, es su tendencia a dejarse llevar por el fundamentalismo. "Su universo de inversión es más reducido que el de los productos convencionales. A veces, si aplican a rajatabla sus criterios de inversión, pueden llegar a descartar compañías interesantes", reconoce Fernando Luque, analista de Morningstar.

El mandato del Ave Maria Catholic Values Fund, por ejemplo, es implacable cuando se trata de empresas que, en su opinión, violan los valores de la Iglesia católica. En agosto pasado, sus gestores, que manejan un patrimonio superior a 100 millones de euros, sacaron de la cartera a H&R Block, el valor que más peso tenía, porque había diseñado un programa de beneficios sociales que incluía a las parejas de los empleados que no están casados. Este fondo tampoco invierte en la compañía de medios de comunicación AOL porque distribuye pornografía a través de Internet, ni en Pfizer, por producir anticonceptivos, ni en Disney, que ha donado dinero a la Planned Parenthood Federation, que, en su opinión, es "el proveedor de abortos más grande del país".

Las oportunidades de inversión que se puedan perder por cumplir los mandamientos religiosos se intentan compensar con la atracción de nuevos partícipes, encantados con la rigidez en la observación de las normas. El público objetivo del Ave Maria Catholic Values Fund son los 600.000 ultracatólicos que viven en EE UU. Mayor es el mercado de los fondos islámicos en este país: siete millones de fieles. Los musulmanes que querían invertir de acuerdo con las leyes del Corán sólo tenían hasta 2005 el Amana Income Fund, pero en los últimos meses se ha ampliado la oferta con dos nuevos fondos.

La doctrina de Alá prohíbe recibir o cobrar intereses, lo que significa que bancos, aseguradoras y servicios de inversión quedan excluidos de las carteras. También quedan fuera las empresas que distribuyan alcohol, tabaco, cerdo y que comercien con pornografía.

La férrea defensa que hacen estos productos de los valores religiosos queda patente en una anécdota comentada por el gestor del Ave Maria Catholic Fund, George Schwartz: "Estamos lejos de ser algo para todos. Recuerdo que una vez hablé con una monja que no invirtió porque sus principios eran más amplios que los nuestros".

Entrada principal del casino 4 Queens, en la ciudad de Las Vegas.
Entrada principal del casino 4 Queens, en la ciudad de Las Vegas.

Comisiones para arreglar catedrales

La industria de la inversión colectiva en España aún no se ha sumado a la ola de productos ligados a la espiritualidad que vive el mercado estadounidense. El más parecido que hay registrado en la CNMV es el Fondespaña Catedrales, gestionado por Caja España. Se trata de un fondo tradicional que destina el 75% de su patrimonio a activos sin riesgo y el 25% a renta variable.

La peculiaridad del fondo de Caja España es que destina el 50% de las comisiones que cobra por gestión a la conservación de diferentes catedrales en Castilla y León y Madrid. Con periodicidad semestral entrega el dinero a los obispados. Entre las catedrales beneficiadas se encuentra la de León, una joya del gótico español que atraviesa en la actualidad serios problemas de conservación.

Sí están más extendidos los fondos considerados éticos o socialmente responsables. El primer fondo de inversión libre o hedge fund que se registró en España, el BBVA Codespa Microfinanzas, se engloba en esa categoría. Según el folleto, registrado el pasado noviembre, su filosofía pasa por "la inversión en valores no cotizados emitidos por instituciones microfinancieras o en otros valores emitidos para financiar la actividad de tales instituciones, consistente en promover el desarrollo sostenible en países en vías de desarrollo". Sólo se puede invertir un mínimo de 50.000 euros.

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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