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Reportaje:

Adiós al cero

El borrador de una orden ministerial prohíbe las 'calabazas' y deja como nota de calificación mínima el uno

María R. Sahuquillo

Los alumnos de secundaria no volverán a tener un cero al final de curso nunca más. Así lo ha decidido el Ministerio de Educación, que lo ha eliminado de las notas en la enseñanza obligatoria (de 6 a 16 años) porque la evaluación es "continua y sumatoria", es decir, que no se referirá a exámenes específicos, sino a la calificación del final de curso. Así, el rosco desaparecerá de las notas que recibirán los estudiantes el año que viene.

Los profesores podrán seguir poniendo ceros patateros en los exámenes, pero no así en las notas finales. Para el curso 2007-2008 se fija una calificación numérica con las siguientes equivalencias: insuficiente para 1, 2, 3 y 4; suficiente para 5, bien para 6, notable para 7 u 8 y sobresaliente para 9 o 10, según el borrador de una orden ministerial.

Para la extinción del cero, el Ministerio de Educación expone que es imposible que el alumno acabe el año con ningún conocimiento de la asignatura, que no haya tenido ningún aprovechamiento. También argumentan que el rosco tiene efectos psicológicos negativos para el estudiante. Otros aseguran que la eliminación del cero es absolutamente innecesaria. Exponen que sustituir el cero por el uno como nota mínima no es una medida para abordar el fracaso escolar y acusan al Gobierno de ser demasiado blando y dulcificar las calificaciones.

NICOLÁS FERNÁNDEZ Presidente de ANPE "El cero tiene

un valor simbólico"

Para Nicolás Fernández, presidente del sindicato de profesores ANPE, suprimir el cero de las calificaciones finales de los alumnos es una medida innecesaria que además carece de rigor. "Hay mucha evaluación de diagnóstico y poca de resultados", se queja. "Entre un cero y un uno no hay mucha diferencia pero tiene un valor simbólico. No es que el profesor disfrute poniendo un cero, que significa el fracaso del sistema. Pero si el alumno lo merece, ¿por qué no lo va a sacar?", sostiene.

ÁLVARO RIAÑO

Profesor de latín y griego

"El fracaso absoluto suele ser por abandono"

Para este profesor de secundaria y bachillerato en un instituto de Madrid, la medida de la supresión del cero en las calificaciones finales a los alumnos no tiene trascendencia. "El cero se pone muy pocas veces. Sólo cuando el alumno no se presenta o no sigue las clases", asegura. En cuanto a los efectos psicológicos del cero es claro: "Quizá en alumnos que van muy mal es un poco humillante, pero eso sólo pasa en casos raros. En alumnos que se han esforzado y han fracasado". Riaño asegura que es muy difícil que un alumno saque un cero. "Yo no lo suelo usar. Sólo a veces, cuando el alumno deja el examen en blanco. El fracaso absoluto suele ser por abandono", dice. Para este profesor hay poca diferencia entre el cero y el uno, "pero si se puede ayudar en algo a que los alumnos no se sientan mal, está bien", dice.

MANUEL DE LEÓN

Profesor del CSIC

"El cero es uno de los números más importantes"

Manuel de León cree que con la medida del ministerio lo único que se consigue es convertir el cero en algo malo, "cuando es uno de los números más importantes que hay". De León, profesor de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), no cree que los alumnos se sientan psicológicamente afectados por sacar un cero. "A un chico que le ponen un cero es porque no ha hecho nada; entonces le da igual sacar un cero", afirma. Además, considera que el cero, con el sentido peyorativo que tiene, es algo que está en el lenguaje y que no desaparecerá con esta medida, que "no tiene ninguna utilidad".

FERNANDO MAZO

Jefe de estudios

"El cero es algo punitivo"

Fernando Mazo, jefe de estudios del instituto Lourdes, un centro concertado laico de Madrid, se muestra de acuerdo con la medida del ministerio. "El cero siempre ha tenido un carácter punitivo, castigador. En nuestro colegio, por ejemplo, no lo usamos", asegura. Mazo explica que en su centro evalúan a los alumnos con los exámenes, pero también "por la actitud, el trabajo y cualquier forma de evolución, de progresión". "El alumno siempre progresa de algún modo. Es imposible que saque un cero a final de curso". Para él la medida es buena, pero tiene que haber algo más. "Mejorar pasa también por la atención a la diversidad", dice.

M. FERNÁNDEZ ENGUITA

Profesor de sociología

"La medida es irrelevante"

Mariano Fernández Enguita, profesor de sociología de la Universidad de Salamanca, asegura que la medida es irrelevante. "Cuando quiten el cero, el uno se convertirá en cero. Los alumnos no son tontos. Simplemente se sustituye el nombre de la nota mínima", dice. Cree que no se consigue nada: "Son ganas de perder el tiempo. Sería mejor dedicarnos a cosas que de verdad importan, como los problemas de convivencia en los colegios, el fracaso escolar, a mejorar la enseñanza. El problema no es cambiar la nota mínima. Sino el cómo es posible que haya tal disparidad de calificaciones", asegura. "Habría que preocuparse más por averiguar qué es lo que hace que un alumno saque un cero, e intentar que eso no ocurra, en vez de eliminar el cero de la calificación", concluye.

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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