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Niveles de profesión y años perdidos

J. A. Aunión

El chico de la fotografía es un estudiante de ingeniería de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Está probando un artilugio que ha construido junto a tres compañeros, en seis horas y media, con materiales y herramientas limitadas, que debe lanzar una bola a la diana que aparece en la imagen. Era una de las pruebas de la competición organizada la semana pasada por la delegación en la Politécnica de la asociación europea de estudiantes de tecnología e ingeniería BEST (presente en 29 países), junto a la empresa GMV.

Ni en la competición ni en la asociación se hacen diferencias entre estudiantes de ingeniería técnica y superior. Como organización apolítica, BEST no quiso opinar sobre los planes para adaptar sus estudios al espacio europeo. Pero Blanca Vílchez, su vicepresidenta, sí expresa la principal inquietud de los alumnos: "¿Va a ser lo mismo estudiar tres que cuatro que cinco cursos?".

Ni ahora ni en el futuro parece que vaya a ser así, incluso al margen de las famosas atribuciones profesionales reguladas por ley. De eso se encarga el mercado laboral. "El posgrado [Máster] es el que va a marcar la diferencia", asegura Ignacio Ramos, responsable de recursos humanos de GMV, una de las empresas más punteras en España en el campo aeroespacial. "Los ingenieros españoles tienen actualmente un nivel muy alto. De otros países, tenemos gente, sobre todo, de Italia o Francia. Nos fijamos sobre todo en qué universidad se han formado, y [en un esquema común de titulaciones] se va a tender cada vez más a eso", añade. De cualquier modo, insiste, siempre se necesitarán ingenieros de todo tipo, "más generalistas, más especializados...".

Vías muertas

"No se trata de que convivan dos niveles, sino que van a tener que convivir muchos más", asegura Guy Haug, experto francés en el Espacio Europeo de Educación Superior. "No hay que confundir entre la ingeniería como disciplina y como actividad profesional". Los alumnos se formarán en esa disciplina básica, dice, y su especialización o su experiencia les conducirán a uno u otro lugar. "El 85% de los ingenieros trabaja en empresas. Sólo el 15% lo hace por su cuenta y, por lo tanto, debe preocuparle qué proyectos puede firmar y cuáles no". Lo importante es acabar con las vías muertas, dice, como la que representa ahora la ingeniería técnica, cuyo título por sí mismo no permite seguir estudiando.

En consecuencia, a este experto no le preocupa en absoluto los niveles de ingeniero que existan. Asegura que el problema, grave, de la educación en España de estas áreas es el tiempo que tardan los alumnos en terminar la carrera, sea de tres o de cinco cursos. Sólo el 8% y 11%, respectivamente, de los alumnos de esas titulaciones se gradúa en el tiempo estipulado.

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Sobre la firma

J. A. Aunión
Reportero de El País Semanal. Especializado en información educativa durante más de una década, también ha trabajado para las secciones de Local-Madrid, Reportajes, Cultura y EL PAÍS_LAB, el equipo del diario dedicado a experimentar con nuevos formatos.

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