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Reportaje:

Retos de la alfabetización mediática

Europa estudia cómo promover el consumo crítico de los medios de comunicación entre alumnos y profesores

Cómo puede alguien informarse adecuadamente si no sabe leer? Éste ha sido uno de los clásicos en la educación hasta que la tecnología ha obligado a ampliar este concepto. Ahora ya no basta con saber leer; también hay que ser capaz de manejar un ordenador o de navegar por la Red con una mínima soltura. Nace así el concepto de "alfabetización digital", al tiempo que las escuelas se han ido llenando de ordenadores y de maestros reciclados en informáticos improvisados.

Pero poco a poco se ha hecho evidente que lo relevante no es saber cómo descargar unos archivos u orientarse por la Red, sino formar a alumnos con la capacidad de interactuar de forma crítica con los medios. Los niños y los jóvenes deben poder filtrar, entender y discriminar la avalancha de información que circula por múltiples vías. Y esto incluye tanto a Internet, el teléfono móvil y los videojuegos, como la televisión, la prensa escrita o el cine. El concepto se amplía, y ahora se habla de "alfabetización mediática", el nuevo paradigma global de la educación.

Para comunicarse con los alumnos hay que ver los mismos programas que ellos
Las escuelas se han llenado de maestros reciclados en informáticos

"El problema al que nos enfrentamos no es de tipo tecnológico, sino cultural". Así resumen la situación José Manuel Pérez Tornero, catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y uno de los 30 expertos que fueron convocados recientemente por la Comisión Europea para analizar el tema. La necesidad de desarrollar una conciencia crítica ha sido uno de los aspectos más mencionados en el encuentro. "En muchos casos, los medios de comunicación tienen más influencia que la escuela sobre los chicos", señala Tornero. Una de las consecuencias es que "el discurso que organiza el imaginario de los niños es el discurso comercial". También es relativamente fácil que tengan acceso a contenidos inadecuados a través de Internet, algo que puede combatirse mediante filtros técnicos o mediante la educación crítica. Queda también el problema de la credibilidad: un reciente informe europeo destaca que más del 40% de los niños se creen "la mayor parte o todo" lo que encuentran en Internet.

O sea, que los medios de comunicación están haciendo una parte del trabajo que, supuestamente, debería desarrollar la escuela: amueblar la cabeza de los niños y de los jóvenes, estructurar sus sistemas de símbolos y de valores. Por eso se considera tan importante que niños y adultos sean capaces de descodificar correctamente los mensajes que los medios transmiten. Algo que plantea serios problemas. Por ejemplo, ¿cómo conciliar la alfabetización oral y escrita con la mediática? Por ahora "son casi contrarias", afirma Pérez Tornero. "El SMS [mensajes telefónicos] destroza la escritura, por ejemplo. Pero debemos encontrar sistemas tecnológicos, culturales y educativos que permitan conciliar ambas cosas".

Pérez Tornero cree que hay que evitar contraponer los "nuevos" y los "viejos" medios: "Las tecnologías son nuevos soportes para símbolos, y estos símbolos pueden ser nuevos o antiguos. Si el maestro educa a leer bien, lo mismo da que el alumno lea en Internet, que lea una película o un anuncio publicitario. En el fondo se trata de poner en juego las mismas aptitudes mentales".

La Comisión Europea ha invitado a representantes sociales y económicos a elaborar propuestas. Los editores de diarios europeos, por un lado, están muy interesados en liderar programas de alfabetización mediática entre los escolares como manera de no perder usuarios y, sobre todo, de ganar jóvenes lectores. La Unión Europea de Radiodifusión, por su parte, está estudiando qué hacer con los archivos de las televisiones que, en conjunto, constituyen el patrimonio documental más importante de Europa. Estas iniciativas pueden ayudar a desarrollar programas formativos para los niños y un currículo para los profesores. Sin olvidar que en Europa hay diversas iniciativas para educar en el uso crítico de Internet, como Educaunet (http://www.educaunet.org/) y Safer Internet (http://www.saferinternet.org).

En España "existe una buena oferta formativa para los profesores sobre alfabetización mediática", según Pérez Tornero, que cita como ejemplos los programas ofrecidos por el CNICE, la Junta de Andalucía (con la iniciativa Averroes) o la Generalitat de Cataluña. Es un primer paso, pero hay que ir más allá. "Hay que cambiar las escuelas", señala Pérez Tornero, y para ello una pieza clave es la división del trabajo, "hace falta una especialización, no se puede pedir al profesor que sea un hombre-orquesta". De momento, muchos se contentarían con no agrandar la brecha entre lo que pasa dentro y fuera de la escuela. Para ello puede ser útil el consejo de Pier Cesare Rivoltella, profesor de la Universidad Católica de Milán, que visitó recientemente la UAB, cuando afirma que "para poder comunicarte con tu hijo o con tu alumno, hay que empezar por ver los mismos programas que ven ellos, por consumir lo que ellos consumen. Si no, la mediación educativa no es posible".

Dos jóvenes estudiantes  acceden a  Internet.
Dos jóvenes estudiantes acceden a Internet.CLAUDIO ÁLVAREZ

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