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Reportaje:

Universidades multimillonarias

Matrículas, donaciones y el juego en Bolsa suman miles de millones en los campus de EE UU

El rito se repite cada otoño, cuando las universidades en EE UU hacen balance de sus dotaciones y fijan nuevos objetivos de recaudación. Los números son espectaculares e inducen a pensar que estos centros educativos operan como verdaderos bancos, por la forma en la que amasan dinero. La Universidad de Harvard cerró el último ejercicio fiscal en septiembre con 29.200 millones de dólares en sus arcas (22.000 millones de euros), 3.300 millones más que en 2005. La suma equivale a la riqueza de un país como la República Dominicana. Los fondos de Yale, Stanford, Texas Systems y Princeton le siguen en volumen y duplican las dotaciones de Oxford y Cambridge.

La ecuación es simple. A más fondos disponibles, mejores profesores, instalaciones y becas. Esta cantidad ingente de dinero que tiene Harvard es clave para atraer a los estudiantes, que están dispuestos a endeudarse para entrar en los mejores centros y abrirse el camino hacia una profesión bien remunerada. Si se toma como referencia el fondo total de la universidad, se podría decir que cada estudiante tendría a su disposición 1,4 millones de dólares. En el caso de Yale son 1,5 millones por estudiante y 1,6 millones en Princeton, según las últimas estadísticas de la National Association of College and Universities (Nacubo).

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Hay 248 centros universitarios en todo el país, 162 públicos y 86 privados. Pero la universidad es cara en EE UU y a pesar de su riqueza, los costes para el estudiante no paran de crecer. El precio medio de una matrícula en un centro público es de 5.836 dólares (4.390 euros) por curso para una carrera de cuatro años, según el College Board. El gasto total se eleva hasta los 13.000 dólares (9.780 euros) si se le suman la residencia y la comida. En el caso de un centro privado, la matrícula se dispara a 22.218 dólares de media (16.700 euros) y el coste total, hasta 33.367 dólares (22.850 euros). Por lo general, el 5% de estas dotaciones se destina a cubrir los gastos operativos anuales de la universidad, como los sueldos de los profesores y las ayudas que se conceden a los estudiantes. El resto del dinero se deja en una cuenta bancaria generando intereses para compensar la inflación o se reinvierte parte en activos inmobiliarios o en el mercado bursátil, a través de inversiones de alto riesgo, que generan importantes retornos.

A este flujo de fondos se le suma el dinero que se recauda a través de las donaciones de antiguos alumnos o fundaciones. El Council for Aid to Education calcula que las contribuciones a las universidades en EE UU crecieron un 4,9% en 2005, hasta un total de 19.262 millones de euros. La mitad de estos regalos provienen de particulares. La Universidad de Stanford fue la que recaudó más dinero por esta vía (454,1 millones de euros), seguida por la de Wisconsin (447,8 millones), Harvard (443,7 millones) y Pensilvania (296,6 millones).

Los retornos totales generados por Harvard fueron en el último ejercicio fiscal del 16,7%, unos 2.483 millones de euros, que se suman a los 19.187 millones que tenía en reserva en 2005. En el caso de Yale, esta combinación de ingresos le permitirá elevar sus recursos a 13.544 millones en 2006, mientras que Stanford pasará a 11.437 millones. Por encima de la cota de los 7.525 millones están también Texas Systems y Princeton. Estas cinco universidades amasan ya fondos por valor de 68.547,7 millones, casi el equivalente a una décima parte de la riqueza de España.

El mayor incremento de recursos lo registró durante las últimas dos décadas la Universidad de Michigan, del 1.861%, si se toma como referencia el año 1986. Le sigue Duke, con un aumento de los fondos propios del 955% en el mismo periodo. Las de Virginia y Notre Dame tuvieron incrementos próximos al 850%, según Nacubo.

Las dotaciones que tienen a su disposición las universidades estadounidenses son netamente superiores a las de sus rivales internacionales, como las británicas en Cambridge (4.416,8 millones de euros) y Oxford (3.844,9 millones), las únicas europeas que se encuentran entre las 10 más prestigiosas del planeta. La Universidad japonesa de Kioto (1.655.3 millones) y la canadiense de Toronto (1.128,6 millones) les siguen en el ranking.

Y aunque estas sumas parezcan enormes, las universidades ultiman este otoño ambiciosas campañas de recaudación. Columbia, Cornell y Stanford se proponen conseguir más de 4.000 millones de dólares (3.009,7 millones de euros) antes de que finalice la década. Pero las fundaciones que hasta ahora realizaban las mayores aportaciones -como Ford, James Irvine, Lumina, Heinz y Mellon- empiezan a ver las cosas de otra manera y piden que sus regalos multimillonarios sirvan también para que estudiantes con bajos ingresos puedan costearse sus estudios, sobre todo en el caso de los centros públicos.

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