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Educación

En busca del alumno brillante

Madrid inicia en julio la selección de aspirantes a su Bachillerato de Excelencia - Cataluña, Galicia, Comunidad Valenciana y Andalucía rechazan el modelo

Pilar Álvarez

Unos 3.000 alumnos podrán optar el 7 de julio al último proyecto piloto de la Comunidad de Madrid. La región convoca el examen para los Premios Extraordinarios de Educación Secundaria Obligatoria con una nueva casilla en la esquina: la de aspirante a Bachillerato de Excelencia. Es la última iniciativa de la presidenta, Esperanza Aguirre, que quiere reunir en un mismo instituto a un centenar de alumnos con expedientes brillantes. Habrá dos aulas, una para la rama científica y otra para la social. Un equipo elegido de profesores impartirá las clases a los chicos, que además de elegir voluntariamente el cambio deberán haber obtenido una media de 8 en 4º de la ESO y un 7 en la prueba regional que hacen todos los alumnos de 3º. El modelo, del que el Ministerio de Educación advierte que puede crear guetos, da peso a los idiomas, entre los que incluye latín y griego. Otras comunidades autónomas evitan esta fórmula y buscan sus propios mecanismos para incentivar a los mejores:

ANDALUCÍA Sin distinciones

Para el consejero de Educación andaluz, Francisco Álvarez de la Chica, la propuesta de Aguirre es "radicalmente de derechas e involucionista". Andalucía defiende un sistema de "no segregación", que no haga distinciones entre niños. En Andalucía lo más cercano es un plan para alumnos con "altas capacidades": los superdotados y los que destacan por talentos concretos. La Junta estima que el programa puede llegar al 10% de la población escolar. Lo que se hace es reforzar su educación, pero sin crear centros ni etapas específicas para ellos.

GALICIA Aulas especiales

La Xunta prepara un decreto de atención a la diversidad que abre la puerta a la creación de aulas especiales. Establece la "adecuación de la estructura organizativa del centro (horarios, agrupamientos, espacio) a las características del alumnado". Sin embargo, el consejero de Educación, Jesús Vázquez, cree que la fórmula preferente es la inclusión: "Seguiremos mejorando fórmulas que ya usamos, como la adaptación a los currículos, o el adelanto de curso". El borrador del decreto hace especial hincapié en una detección temprana de alumnos con necesidades especiales -con capacidades por debajo y por encima de lo normal- para atenderlos desde el principio. El texto recoge medidas que separan alumnos como "tutorías entre iguales, refuerzo educativo y apoyo de profesorado con disponibilidad horaria y programas de enriquecimiento curricular". Pero también otras que los mezcla, "basadas en el trabajo cooperativo con grupos heterogéneos".

COMUNIDAD VALENCIANA Por centros, no por alumnos

La Consejería de Educación pondrá en marcha el próximo curso un sistema de reconocimiento de la excelencia educativa de los centros. Los colegios que participen en el modelo deberán realizar una "revisión continua de métodos y prácticas, de la organización, de la planificación, coordinación y gestión de los equipos humanos y de eficacia de los recursos disponibles". El nuevo sistema de calidad estará sometido a evaluación y revisión continuas que incluye el "reconocimiento" para los centros educativos, no para los alumnos.

CATALUÑA Mezclados

El Gobierno catalán prefiere que cada centro educativo aplique sus propias medidas a los alumnos con más capacidades sin concentrarlos en un mismo lugar. La Generalitat aprobó en agosto el Decreto de Autonomía, norma que permite a las escuelas decidir el contenido y las materias a agrupar en las asignaturas que imparten. Cada centro puede mover asignaturas de curso, introducir otras nuevas o agrupar alumnos de distintas edades en la misma aula. El Gobierno catalán no se plantea crear centros que agrupen a los alumnos con mayores capacidades. Su modelo tiene el respaldo de la comunidad educativa catalana, reacia a aislar a los mejores alumnos en un mismo instituto. El decreto, impulsado por el anterior Gobierno tripartito y que la Generalitat de CiU prevé desarrollar sin variaciones de calado, incluye la obligación de los institutos de detallar qué protocolos seguirá para detectar casos de alumnos especialmente capacitados y cómo atenderá sus necesidades.

Con información de Manuel Planelles, Neus Caballer, Pablo Linde y Ferran Balsells.

Alumnos del instituto Isabel la Católica, durante un examen.
Alumnos del instituto Isabel la Católica, durante un examen.GORKA LEJARCEGI

Un sistema en entredicho

Cuando Aguirre presentó su proyecto del Bachillerato de Excelencia, oposición, sindicatos y hasta el Ministerio de Educación criticaron en tromba una medida en la que ven elitismo y segregación. El modelo madrileño cuenta con detractores pero también con partidarios entre los expertos en el ramo. "Claro que se necesitan este tipo de centros, no todos aprendemos al mismo ritmo", defiende la presidenta de la Sociedad Española para el Estudio de la Superdotación, Luz Pérez. La también catedrática de Psicología Evolutiva y Educación establece un paralelismo entre la fórmula madrileña y la formación de deportistas de élite. "Si quieres crear a un olímpico no puedes ponerle a hacer gimnasia con todos los demás niños porque, si no entrenan, no llegarán a nada", explica.

Frente a las críticas de una falta de socialización -estos chicos no compartirán el día a día con otros de distintos niveles- Pérez defiende que también se socializa en casa y con los amigos. Susana López Penedo, profesora de Sociología de la Educación de la Complutense, cree que el error es que esta fórmula "solo tiene en cuenta las notas" y no evalúa ni las variables culturales -el conocimiento que las familias aportan a sus hijos- ni las socioeconómicas -"no es lo mismo un chico que crece en un ambiente próspero que el que lo hace en un barrio con menos recursos"-. "La presidenta Aguirre sigue el modelo británico, un sistema centrado en lo académico y que produce niños obsesionados con memorizar", explica. López cree que la solución es potenciar una educación más especializada, en aulas con menos alumnos y profesores más formados "que puedan detectar la brillantez de los estudiantes y motivarla sin separarlos".

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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