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Dos de cada tres niños acosadores tienen problemas con los docentes

J. A. Aunión

Dos de cada tres alumnos que admiten comportamientos de acoso o cercanos al acoso hacia sus compañeros (burlas, amenazas o agresiones sistemáticas y repetidas sobre un mismo escolar), también describen problemas con sus profesores. Y de cada cuatro alumnos acosadores, dos han tenido algún enfrentamiento directo con el docente, según un estudio inédito dirigido por la catedrática de Psicología de la Educación de la Universidad Complutense María José Díaz-Aguado. "El estudio se ha hecho con 800 alumnos entre 13 y 17 años de la Comunidad de Madrid, y no es una muestra representativa de toda España, pero ofrece una dimensión del problema", asegura Díaz-Aguado, que acaba de recibir el encargo del Ministerio de Educación de realizar un estudio estatal sobre el problema del acoso en las aulas.

La autora del estudio pone un ejemplo de enfrentamiento que narra un alumno que ha llamado Manuel. "La profesora echa a Manuel de clase por su mal comportamiento diciéndole: 'Vete de clase, la clase está mejor sin ti'. Y el muchacho contesta al docente: 'También está mejor sin ti". En estos casos, "el alumno cree que el profesor le ha provocado, y se produce una escalada coercitiva, de enfrentamiento, que aunque en pocos, en algunos casos termina en agresión", asegura Díaz-Aguado.

También afirma en su estudio que uno de cada tres alumnos que acosan siente falta de interés recíproco entre él mismo y su profesor, lo que provoca comportamientos de interrupción de las clases por parte del escolar, aunque sin enfrentamiento directo.

Un lugar en la escuela

"La base común de todos los chavales que ejercen acoso sobre sus compañeros es que no encuentran su lugar en la escuela. Si a eso le unimos situaciones de riesgo y la contradicción de la propia sociedad, que en ocasiones justifica la violencia [el cachete de un padre a su hijo, por ejemplo], el resultado es el acoso a sus compañeros o sus profesores", explica Díaz-Aguado.

Por eso, asegura que es necesario un cambio del modelo tradicional, vigente todavía en la escuela, de obediencia-sumisión al profesor, hacia un modelo de respeto mutuo. Esto es lo que propone Díaz-Aguado en su libro Del acoso escolar a la cooperación en las aulas (Pearson), que se acaba de publicar. "El acoso es la expresión de un modelo de escuela contrario a los valores democráticos", se queja.

Lo que propone Díaz-Aguado es un modelo de aprendizaje cooperativo, que se logra sustituyendo la "estructura individualista y competitiva" que hoy impera en las aulas, por otra en la que "el éxito de uno sea el de todos". Esta opción está basada, entre otras iniciativas, en el trabajo en grupo dentro de las clases, pero en grupos "heterogéneos", en los que se encuentre tanto el posible acosador como la posible víctima. "En esos grupos, se puede combatir mejor la exclusión, tanto de unos como de otros, y detectar más fácilmente si se produce un problema de convivencia", asegura Díaz-Aguado.

El Ministerio de Educación debate con las comunidades autónomas planes para fomentar la convivencia en las aulas.

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Sobre la firma

J. A. Aunión
Reportero de El País Semanal. Especializado en información educativa durante más de una década, también ha trabajado para las secciones de Local-Madrid, Reportajes, Cultura y EL PAÍS_LAB, el equipo del diario dedicado a experimentar con nuevos formatos.

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