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Crónica:Gran Premio de Bahrein
Crónica
Texto informativo con interpretación

"No pidamos milagros en Lourdes"

Fernando Alonso, que sufrió una bajada de tensión tras la carrera por no poder hidratarse en el monoplaza, esgrime que el octavo puesto es el mejor al que podía aspirar

Las cosas no pintan bien. Al menos no tanto como el equipo Renault y Fernando Alonso esperaban. El asturiano concluyó ayer en octava posición, la misma a la que cayó en la salida tras arrancar séptimo, y no consiguió ganar ningún puesto en toda la carrera porque, como él mismo comentó, "todos los coches de delante eran más rápidos". Lo peor de la situación es que el R29 estrenó ya en China el nuevo suelo y el doble difusor que debían permitirle luchar por la victoria, o al menos acercarse con opciones a los equipos más punteros equipados con el doble difusor. Y el problema que se avecina es que en Barcelona tanto Ferrari como McLaren han anunciado ya evoluciones muy importante para sus coches que, probablemente, les situarán por delante del R29.

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¿Dónde quedará pues Renault? La respuesta es confusa. Porque también los ingenieros de la escudería francesa anuncian mejoras para Barcelona, que proseguirán en Mónaco y concluirán en Turquía. El cambio más importante ya se ha producido. Pero el coche seguirá mejorando, especialmente en su aerodinámica delantera. "Podemos ganar alguna decimilla, pero no nos servirá de nada si es verdad que otras escuderías, como Ferrari, ganan ocho o nueve. Si ellos nos adelantan puede resultar peligroso para nuestro futuro en el campeonato", explicó Alonso.

La carrera que realizó el doble campeón mundial sólo tuvo una mancha: la salida. Allí eligió mal el camino y se vio escorado por otros coches. Perdió una posición. "Fue lo peor. Porque después el coche iba bien y yo creo que realicé una de las mejores carreras de los dos últimos años. Lo hice todo correcto, era muy constante en el ritmo. Pero nos faltaba velocidad". Su situación no cambió ni siquiera con los repostajes. Siempre estuvo allí y al final salvó un punto. "No es mucho, pero no estoy decepcionado, es lo máximo a lo que podíamos aspirar en la situación actual. No podemos pedir peras al olmo ni milagros en Lourdes. Los coches de delante eran más rápidos. Así de simple. Y es evidente que la situación de cara al campeonato se va complicando en cada carrera que pasa. Pensar en el título es un reto cada vez más difícil, pero queda mucho hasta el final. En 2006 le llevaba 30 puntos a Michael Schumacher y llegamos empatados al final".

Durante la carrera el calor fue insoportable. La temperatura en el interior del coche superó incluso los 50 grados. Alonso no pudo hidratarse en el monoplaza, porque se encalló el sistema que lleva el agua de la bolsa lateral a su boca, tal como le había ocurrido ya en 2003 en el Gran Premio de Malaisia, donde también acabó deshidratado. Esta vez perdió dos kilos. Y se sintió mal al bajarse del coche, hasta el punto de que al concluir las entrevistas con las televisiones españolas sufrió una caída de tensión y un ligero desmayo. "Me mareé y tuvieron que sostenerme [se cayó de rodillas] y no pude concluir las entrevistas de televisión", confesó ya recuperado, media hora más tarde en el pabellón de Renault. "La carrera fue muy dura y el calor, insoportable. Mientras estuve en posición de conducción casi tendido la sangre circuló bien. Pero cuando me bajé del coche costó mantener los vasos dilatados y la sangre no llegó bien a mi cabeza. Pero no fue nada importante. Estoy bien".

El incidente concluyó ahí y no parece que vaya a tener otras consecuencias. Pero el problema del R29 persistirá, posiblemente, en los próximos grandes premios. En realidad, mientras Briatore afirmaba en China que eran el tercer mejor coche de la parrilla, Jenson Button ni siquiera tenía en cuenta a Renault en sus valoraciones para la carrera de Bahrein. "Estaba claro que los rivales iban a ser Brawn y Toyota. Pero para mí fue determinante poder adelantar a Hamilton en la primera vuelta. Creo que aquello fue lo que me permitió ganar", señaló el líder del Mundial. Brawn no se rinde. En Barcelona presentará su primera evolución, que debe concederles tres décimas por vuelta. ¡A ver quien les coge! Renault, seguro que no.

Fernando Alonso, por detrás de Kimi Raikkonen.
Fernando Alonso, por detrás de Kimi Raikkonen.AFP

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