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Reportaje:Sexta jornada de Liga

Un viejo enemigo en el Camp Nou

La hinchada del Barça siempre se las tuvo con Hugo Sánchez, ahora técnico del Almería

Entre 1983 y 1991, Hugo Sánchez (México DF, 1958) pisó el Camp Nou nueve veces mientras jugó en la Liga española, dos vestido con la camiseta del Atlético de Madrid y siete con la del Real Madrid, tiempo en el que fue el enemigo público deportivo número uno del barcelonismo.

"Es el mejor goleador que he visto nunca. Era muy, muy bueno", afirmó Pep Guardiola ayer al hablar de Hugo Sánchez, contra el que jugó cuando el mexicano defendía la camiseta del Rayo Vallecano. Hugo marcó en el Camp Nou 4 de los 13 goles que endosó al Barça durante su carrera en España (tres con el Atlético, ocho con el Madrid y dos con el Rayo Vallecano), pero nunca ganó un partido.

"Me metió goles en el Athletic y en el Barça. Con el Valencia creo que no por una razón: ya no jugaba en España", recuerda Andoni Zubizarreta, quien admite: "Si le perdías de vista, era gol". "Tenía remate y muchas más cosas", advierte Julio Salinas. "Su capacidad para ganarse el espacio y estar en el sitio justo para sacar el remate era impresionante. Tenía una calidad enorme", destaca el goleador bilbaíno, que añade: "Tenía fama entre los defensas de ser bastante marrullero, pero a mí me pillaba al otro lado del campo, así que no le sufrí en ese aspecto".

El mexicano nunca ganó en la cancha azulgrana pese a marcar cuatro goles

Johan Cruyff tenía tan asumido que Hugo Sánchez era casi imposible de frenar que una mañana, en la charla antes de un partido, avisó a sus chicos: "Vamos 0-1 porque Hugo marca seguro, así que tenemos que meterles al menos dos". Antes de otro de los clásicos, esta vez en el Bernabéu, el técnico holandés dio razón de cómo frenar al mexicano: "Es un gran rematador, así que tenemos que evitar que remate. Por tanto, hay que marcar a Míchel, para que no pueda centrar". Evidentemente, Hugo Sánchez marcó aquel día en el Bernabéu.

La noche más célebre de Hugo Sánchez en el Camp Nou se vivió con motivo del partido de vuelta de la Supercopa de 1990. Marcó Míchel; Stoichkov pisó a Urizar Azpitarte, el árbitro, y el presidente del club azulgrana, Josep Lluís Núñez, denunció "gestos obscenos" hacia el público: las imágenes de televisión corroboraron su denuncia. "Me estaba acomodando las partes", se justificó un par de días después el mexicano.

Hugo vuelve al Camp Nou vestido con traje, convertido en entrenador y al frente del Almería, un equipo que, según dijo ayer Guardiola, anda sobrado de razones para amargar la vida al Barcelona. "Si no atacamos bien posicionados, el Almería nos matará. Es uno de los equipos que menos goles han recibido y, como nosotros jugamos con tanto espacio a las espaldas, si no hay orden, sufriremos".

A Guardiola le tranquiliza saber que su equipo está metido en faena: "Los jugadores me sorprenden gratamente. Pensaba que me iba a costar más encontrar motivaciones para decirles: 'Vamos, tíos'. Pero no: van fuertes a todos los partidos. Su comportamiento y predisposición es admirable".

Guardiola, por lo demás, instó a olvidarse del partido Sevilla-Real Madrid de mañana, en el estadio Sánchez Pizjuán: "Es un clásico caer en el error de mirar a un encuentro en el que tenemos incidencia cero, así que no estaría mal pensar en lo que nos toca y centrarnos en Hugo Sánchez".

Guardiola y Hugo, en el Almería-Barça de la temporada pasada.
Guardiola y Hugo, en el Almería-Barça de la temporada pasada.EFE

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