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Reportaje:

Los salarios sobreviven a la recesión

Los trabajadores ganan peso en el PIB por la caída de los impuestos

Cristina Delgado

En el producto interior bruto (PIB) no hay brotes verdes. El dato publicado el jueves era contundente: la economía española retrocedió un 4,2% en el segundo trimestre, respecto al mismo periodo del año pasado. Eso significa que la tarta de la riqueza es cada vez más pequeña. Sin embargo, a la hora de repartirla, los asalariados han ganado un poco de peso. Las rentas de los trabajadores suponen el 49,13% del conjunto de la mermada economía, casi un punto más que hace un trimestre. ¿Cómo es esto posible en medio de un gran huracán de destrucción de empleo? Gracias a que el paro ha afectado sobre todo a los empleos con sueldos más bajos y a que el mayor bocado de la crisis se lo han llevado los ingresos fiscales.

Las rentas empresariales han sido las menos golpeadas

La tarta de la riqueza nacional se divide en tres grandes pedazos: salarios de los trabajadores, beneficios empresariales y recaudación fiscal. El segundo trimestre del año, según datos del Instituto Nacional de Estadística, la tarta es de 262.266 millones de euros, un 4,2% menor que hace un año. Y la porción de cada uno de los grupos también ha cambiado: el 49,1% se queda en manos de los asalariados, el 43,1% los beneficios empresariales y sólo un 7,3% va a parar a los impuestos indirectos y especiales. Tanto salarios como rentas empresariales ganan cerca de un punto respecto a 2008, que le arañan a la recaudación de impuestos indirectos, el gran pagador de la crisis.

En el caso de los salarios no es que se trate de un gran avance, sobre todo porque antes del año 1998 las retribuciones de trabajadores siempre acumulaban más del 50% de la riqueza, pero teniendo en cuenta los datos de los pasados años y el actual nivel de destrucción de empleo, parece una contradicción. No lo es. "La explicación tiene que ver con el salario real. El peso de los salarios se extrae de tres elementos: salario real, empleo y PIB real", plantea Jordi Galí, catedrático de la Universidad Pompeu Fabra. Si todos los elementos caen, la cifra empeora, pero si los salarios reales no se reducen, la cifra se mantiene a flote. Y los salarios reales no han caído. De hecho, gracias a la deflación y a que la destrucción de empleo ha afectado sobre todo a los empleos peor pagados, la remuneración media por asalariado ha aumentado tres décimas este trimestre. "Sorprende que el salario real tenga tanta fuerza en un momento como éste. Es una paradoja, pero es así. Es lo que se llama efecto composición", razona.

Hay menos gente trabajando en España, es cierto, pero quienes mantienen sus puestos son, en general, asalariados con mayores retribuciones, así que el sueldo medio ha crecido. Además, como señalan en Analistas Financieros (AFI), "una parte muy importante de la masa salarial actual está referenciada al IPC, que en 2008 fue del 4,1%". Y a todo eso hay que sumar, según subraya el director económico de CC OO, Miguel Ángel García, que la merma del peso de la recaudación fiscal impulsa la importancia de los sueldos. Los misterios de la aritmética, advierten los expertos, no serán eternos. El año que viene puede ocurrir justo lo contrario. Si la inflación volviera en 2010, con los sueldos mermados al calor de las revisiones con la deflación de 2009, las retribuciones volverán a perder peso en la riqueza nacional.

El sector público se ha llevado la palma en cuanto a golpes por la crisis se refiere. Antes, los impuestos especiales (carburantes, tabaco y alcohol) y el IVA que conformaban este apartado aportaban al PIB cerca del 11%. Ahora el 7,3%. "Para explicar esta caída los temas clave son el consumo (demanda interna) y la inversión residencial", explican en AFI. El IVA (impuesto sobre el valor añadido) grava los objetos de consumo. Si cae el consumo, baja la recaudación. Y el consumo sigue su caída en picado. En los hogares las compras se han recortado el 5,9%.

"Los bienes duraderos son los que más se han dejado de comprar. Y son objetos de mayor valor, que aportaban mucho al apartado de recaudación fiscal", señala Galí. La adquisición de bienes de equipo, por ejemplo, ha caído el 28% este último trimestre. Y la venta de casas hace muchos meses que no remonta. "A no ser que se toquen tipos pronto, la recaudación por IVA no se va a recuperar hasta que no se reactive el consumo, porque la demanda de vivienda no levanta el vuelo por ahora", advierten en AFI. Las rentas empresariales, por su parte, mantienen su peso en el PIB en un nivel similar al trimestre anterior. Su retroceso ha sido el más leve, con una pérdida del 1,58%, frente al 2,6% de los salarios y el 24% de los impuestos.

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Sobre la firma

Cristina Delgado
Es subdirectora y se encarga de la edición digital de EL PAÍS. Antes fue redactora jefa de Economía, sección en la que se incorporó al periódico, en 2008. Licenciada en Periodismo y en Comunicación Audiovisual, ha realizado el máster UAM-ELPAIS y posgrados de información económica y gestión.

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