El jefe de Contraterrorismo del CNI dimite por desavenencias con Saiz

El jefe de la división de Contraterrorismo del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) presentó hace unos días su dimisión por desavenencias con la línea mantenida por el director del centro, Alberto Saiz, según informó ayer Europa Press. Fuentes próximas al servicio secreto confirmaron la dimisión e indicaron que el alto cargo remitió una carta a la secretaria general de la agencia española de espionaje, Elena Sánchez Blanco, en la que exponía los motivos de la dimisión. La dirección del CNI, agregaron las mismas fuentes, estudia el contenido de la carta por si podría ser motivo para la apertura de un expediente disciplinario.

El jefe de la división de Contraterrorismo, con rango de subdirector general, sólo llevaba en el puesto desde junio del año pasado y era el responsable de la lucha contra ETA y el yihadismo internacional. Durante este periodo se han producido las caídas sucesivas de varios jefes de los comandos de ETA (Txeroki, Gurbitz y Martitegui), en algunos casos gracias a la información facilitada por el CNI.

La dimisión de este responsable sigue al relevo de su inmediato superior, el director general de Inteligencia, Agustín Cassinello, que fue relevado en noviembre pasado a los pocos meses de su nombramiento y abona la idea de que existen fuertes discrepancias en el seno del servicio secreto.

El propio Alberto Saiz reconoció el pasado miércoles en la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados que hay un "problema interno" en el servicio secreto, pero alegó que su origen no estaba en las discrepancias sino en que algunos agentes se habían "autoexcluido" por falta de compromiso con el proyecto del CNI, que calificó de "muy exigente". Cuando el director del centro de inteligencia acudió al Parlamento ya se había producido la dimisión del jefe de la división de contraterrorismo. El Partido Popular le recriminó que más de 30 cargos del centro hayan sido relevados durante su mandato al frente del CNI.

Saiz, nombrado en 2004, cumplió el pasado 20 de abril los cinco años en el cargo que marca la ley Reguladora del Centro. La ministra de Defensa, Carme Chacón, de cuyo departamento depende el servicio secreto, era partidaria de sustituirlo. Finalmente, se impuso el criterio de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega de confirmarlo en el puesto.